La justicia del hombre contra "Justicia Divina": cuenta regresiva para la destitución de Julieta Makintach

El próximo martes, la jueza conocerá el veredicto deljury que investiga su actuación en el juicio por la muerte de Diego Maradona. Para la acusación, la magistrada incurrió en maniobras que pusieron en juego su imparcialidad y fueron las causantes de la nulidad del debate oral.

La suerte parece estar echada para Julieta Makintach. Luego de una semana en la que se desarrolló el jury de enjuiciamiento en el que se definirá su futuro, parece ser un hecho que ya no formará parte del poder judicial.

Es que no solo existen altas probabilidades de que se determine que no puede seguir siendo jueza, sino que ya advirtió que pretende renunciar si el jury resuelve a su favor.

Los alegatos de las partes fueron contundentes. Para la acusación, Makintach incurrió en maniobras que pusieron en juego su imparcialidad y fueron las causantes de la nulidad del debate oral: “Mintió y fue imparcial”.

La defensa, por su parte, se ciñó a la estrategia que la propia Makintach expuso cada vez que tuvo la palabra dentro y fuera de la sala de audiencias: no fue una cámara clandestina y no se debe autorizar lo que no está prohibido.

Es en ese punto donde comienzan a jugarse los grises que detonaron uno de los mayores escándalos de la justicia argentina en uno de los juicios con mayor atención nacional e internacional, como es la causa que juzga la muerte de Diego Armando Maradona.

Julieta Makintach había llegado al Tribunal Oral (TOC) 3 de San Isidro como subrogante. Es decir, para ocupar la vacante del tribunal que ya integraban los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tomasso.

“Nadie quería agarrar el juicio y nadie quería ocupar la vacante, yo no la pedí y solo acepté cuando me la ofrecieron”, repitió Makintach sobre su llegada al tribunal.

Ese punto resulta clave en tanto desde la acusación se buscó indagar si su llegada era parte de un plan para protagonizar el documental que se llamaría “Justicia Divina”

“Ella conocía el proyecto documental”, declaró el dueño de la productora “La Doble”, José María Arnal Ponti. “La jueza nos dejó entrar a grabar, era un juicio muy relevante y teníamos acceso a la jueza”, dijo al momento de declarar como testigo complicando la estrategia de defensa de Makintach.

Es que la jueza intentaba demostrar que el proyecto giraría sobre su vida y no sobre el juicio que buscaba determinar responsabilidades penales en torno a la muerte de Diego.

Arnal Ponti fue el único que habló de dinero. “Invertimos 7 millones”, dijo, al tiempo que confesó que al momento que se conociera el registro audiovisual, estaba “buscando financiamiento”.

Julieta Makintach entendió que era momento de ganar protagonismo y así lo haría, manifestando en cada oportunidad que se le presentara, su necesidad de hablar para contar “la verdad”.

En sus últimas palabras, antes de pasar a la deliberación para el veredicto, repitió algo que ya había manifestado en el proceso. Que desconfía de los mecanismos “oscuros” de la justicia que busca que no se llegue a la verdad.

Pero también dijo que no solo “quedó en claro que la filmación no era clandestina”, sino que “no era un documental del juicio” sino sobre su vida judicial, al mismo tiempo que confesó que si bien se arrepintió, no cometió “ninguna irregularidad”.

Es que el eje de lo que se juzga en el Jury tiene que ver con el ingreso de las cámaras de filmación a los tribunales de San Isidro. Es allí donde se centra la acusación y también la defensa.

En esos términos, horas antes había declarado Maxiliano Savarino, juez del Tribunal Oral Criminal 3 y compañero de juicio de Makintach. En sus primeras palabras fue lapidario: “Makintach es manipuladora, mentirosa y nos engañó todo el tiempo”.

Savarino no guardó calificativos a la hora de evaluar a su colega escalando de lo profesional a lo personal para luego ir al punto central cuando se le preguntó respecto de las cámaras.

“Cuando nos enteramos de la existencia de una filmación, ella nos explicó que era algo privado, que la Corte había autorizado. Esa explicación fue un engaño”.

“No sabíamos que grababa el camarógrafo de Makintach. Nos enteramos después. Ella estaba haciendo un juicio paralelo. Armó un documental con la amiga y yo le escribí a la Cámara para decir que no podía seguir interviniendo más”, dijo intentando correrse de cualquier tipo de complicidad con el hecho que se investiga.

Pero Savarino fue más allá y hasta puso en duda la llegada de la jueza como subrogante al tribunal y las medidas de prueba que habría propuesto: “nos dijo que quería subrogar en el tribunal porque necesitaba la plata. Ella quería ir a la casa donde murió Maradona para el documental. Nosotros le dijimos que no”

“Yo quiero dejar bien en claro que lo que pasó en el juicio por Maradona no pasó nunca en la historia del Poder Judicial de la Argentina. Fue responsabilidad de la jueza Makintach. Es una mala persona, miente, engaña”, digo nervioso y enojado el Juez.

Savarino hizo así referencia a una serie de explicaciones que Makintach dio pocos días después de la primera audiencia del 12 de marzo, donde el tribunal detectó al equipo de filmación y le pidió explicaciones.

Makintach, muy resuelta, les dijo que tenía la autorización, pero el lunes 17 de marzo Verónica Di Tomasso inisistió en el chat que compartían los tres jueces y que se llamaba “Juicio DAM”.

A las 11:55, Di Tomasso escribió que Ezequiel Klass, subsecretario de comunicación institucional de la Corte Suprema de la provincia, le había consultado por “la cámara que autorizó July” y que si tenía “una autorización de la Corte” que por favor la mostrara. Entendía la jueza, era algo de lo que tenían “que conversar”.

Makintach contestó 4 minutos después y a las 11:55 dijo que, respecto de reunirse, no podría ese día y que en cuanto a la autorización lo conversaría “con la Corte para asegurarnos no tener problemas”.

Una respuesta poco firme que se volvería clave luego de desatado el escándalo y que podría ser también el fin de la carrera judicial de los jueces que compartieron tribunal con Makintach.

Es que en su defensa en el Jury, la jueza y sus abogados, buscaron dar por probados dos elementos clave: que la grabación no fue clandestina y que Savarino y Di Tomasso estaban al tanto.

Fue tal el hincapié que se hizo sobre ese segundo punto, que algunas querellas (abogados patrocinantes de la familia Maradona) y defensas de los imputados por la muerte de Diego, evalúan pedir un jury para destituir a los otros dos jueces del TOC 3.

Pedido que basarán en que, si tenían conocimiento de algo tan grave para el debate oral como lo fue el ingreso de la cámara y el rodaje en la sala, más allá de pedir que se les exhiba una autorización, deberían haberlo denunciado y no esperar a que los abogados pidan explicaciones y destapen el escándalo.

El próximo martes la jueza Makintach conocerá el veredicto del jury que investiga su actuación en el juicio.

La justicia buscará así cerrar uno de los escándalos más importantes de su historia, que tal vez aporte nuevos capítulos en un juicio que, a casi 5 años de la muerte de Diego Maradona, aún no logra que se haga justicia real y no divina.

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