La historia del mayor coleccionista de discos de blues: es argentino y vive entre miles de vinilos

Max Hoeffner tiene más de 4.000 LP's y 5.000 CD's de country blues. Es el referente nacional del género al que le dedica casi todos sus días y también es reconocido en todo el mundo. Además, se destaca con sus lienzos que retratan la vida de los afroamericanos en el sur de los Estados Unidos.

Instalado en una modesta casa al norte del Gran Buenos Aires, Max Hoeffner calienta una pava y busca en su amplia colección una serie de vinilos de blues de preguerra ilustrados por el historietista Robert Crumb. “Soy coleccionista del objeto, yo no me conformo con tener un pendrive con las grabaciones”, aclara con un ejemplar de The Hokum Boys en mano.

Hoeffner es uno de los mayores coleccionistas de discos de country blues del mundo y dedica su vida a la investigación y divulgación del género. Para él, la mejor época del blues se ubica entre 1926 y 1932, con algunas excepciones.



Entre sus 4.000 LP’s y 5.000 CD’s acomodados prolijamente en el living de su casa se encuentran piezas únicas y colecciones imposibles de conseguir. Es por eso que, a lo largo de su vida, colaboró con distinguidos sellos discográficos europeos a los que aportó material único.

Max Hoeffner.

“No me conformo con tener un CD sin tapa. A veces, si no la tiene, la armo yo con fotos que encuentro en internet. Tengo esa impronta de coleccionista”, destaca Max. Nacido en 1947, heredó gran parte de la colección de su padre Guillermo, con el que compartió varias pasiones.

“Tengo recuerdos de cuando tenía 3 años, en la década del cincuenta. En esa época mi papá ya tenía discos de pasta de 78 r.p.m que normalmente los pedía a Inglaterra y los traían en barco”, cuenta. Es que Hoeffner padre fue también un gran referente del blues en nuestro país.

Disco Hokum Boys

En el libro Bien al sur: la historia del blues en Argentina, Gabriel Grätzer y Martín Sassone retratan cómo fue el desembarco del blues en estas tierras y profundizan en las historias de Guillermo Hoeffner y el grupo de coleccionistas que compartía con Norberto Bettinelli, Alberto Consiglio y Alberto Verdegay, pioneros en la divulgación del country blues.

Max, a sus 76 años, conserva lo más puro de aquello que inició su padre: la obsesión por el detalle y el estudio puntilloso de la materia. “Me interesa escuchar cosas nuevas de los músicos a los que admiro. Nunca fui al lugar de origen del blues, me gustaría pero no me resulta totalmente necesario”, explica, entre lienzos y pomos de pintura.

Además de coleccionista, Hoeffner es un reconocido artista plástico y pinta escenografías del ambiente del blues, como puede ser un bluesinger en un tren o un grupo de hombres frente a un paño de póker. “Cuando mi papá se fundió tuve que rebuscármela para tener algunos pesos. Un amigo me insistió para que me dedique a la pintura y ahí empecé a hacer este tipo de cuadros”, cuenta.

Pintura Max Hoeffner

A pesar de nunca haber visitado el sur de los Estados Unidos, lugar de origen del blues, Max saca del cine y de internet la mayoría de las referencias para sus obras: “desde que apareció internet me cambió totalmente. Soy muy activo en Facebook y participo en los foros más importantes de blues”. La conexión con otras partes del mundo también le permitió conseguir discos inéditos para engrosar su catálogo.

Sin un heredero directo para su colección, Max se pregunta a diario cuál será el porvenir de su tesoro. “Los coleccionistas alquilamos la colección, porque después nos morimos y nadie sabe el real valor que tiene. Una idea que me está rondando en la cabeza hace rato es vender los vinilos, y que los CD’s sean preservados para el futuro”, suelta junto a una pincelada que completa la figura de un barco cargado de algodón.

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