Ezequiel Demonty, el asesinato que visibilizó los estragos de la violencia policial

Se cumplen 23 años del asesinato del joven, obligado por efectivos de las fuerzas de seguridad a saltar al Riachuelo. Su familia mantiene vivo su recuerdo para que la historia no se repita.

Las muertes producto de la violencia institucional en el país desde el regreso de la democracia hasta la actualidad son 9.672. Unas 550 de ellas durante el mandato de Javier Milei. Por acción, omisión o complicidad, el sistema represor del Estado asesina a las personas. Y aunque los gobiernos cambian, las víctimas son siempre los más vulnerables. Pero hay casos que marcan un antes y un después y se convierten en un símbolo, como el de Ezequiel Demonty, un joven de 19 años que murió tras ser obligado a saltar al Riachuelo por la Policía, un hecho que visibilizó los alcances de la violencia de las fuerzas de seguridad.

El 14 de septiembre de 2002, Ezequiel junto a otros dos amigos, fueron brutalmente golpeados y obligados por la Policía Federal, a punta de pistola, a tirarse al agua desde el Puente Alsina. Siete días después, su cuerpo apareció flotando en el Riachuelo.

Carla 16-7-25
Dolores Sigampa aún recuerda como si fuera hoy el último día en que vio a su hijo.

Dolores Sigampa aún recuerda como si fuera hoy el último día en que vio a su hijo.

Su mamá, Dolores Sigampa, aún recuerda como si fuera hoy el último día en que vio a su hijo: "Después de traer el cartón se baña, se acuesta un rato al lado mío porque era re mamero y me dice 'Bueno, me voy'", para irse a bailar con unos amigos".

Su hermano, junto a varios amigos y conocidos más, lo encontró antes de entrar a bailar y durante la noche permanecieron en el mismo grupo; sin embargo, a la hora de irse lo perdió de vista. El domingo, Jessica, la novia de su hijo, le preguntó a Dolores si había aparecido Ezequiel: "Lo detuvo la Policía y lo tiraron al Riachuelo".

No era la primera vez que escuchaban eso en el barrio, en esa época era "parte de la diversión" que tenían las fuerzas de seguridad. "En esa época, vivíamos en los barrios populares como si fuera la dictadura, ¿Cómo te cuidas de la Policía?", recordó Dolores en diálogo con Carla Czudnowsky.

Luego se supo que Ezequiel, y sus dos amigos fueron obligados a tirarse al agua por personal policial de la Comisaría 34, quienes los golpearon y amenazaron con sus armas reglamentarias. El 21 de septiembre recibió la llamada que le informaba que habían encontrado un cuerpo en el Riachuelo. Junto a su compañero, su hijo mayor y Jessica fueron a la morgue para reconocerlo.

Carla 16-7-25 (1)
David, el hijo de Ezequiel Demonty, en el mural que recuerda a su padre.

David, el hijo de Ezequiel Demonty, en el mural que recuerda a su padre.

"Nos mostraron los pies, lo pude ver, porque él tenía un tatuaje chiquitito cerca del tobillo para que yo no se lo vea", relató la madre, aunque pidió poder ver el cuerpo entero para tener más detalles de lo que le había sucedido y contar con mayor información para el futuro: "Si yo no lo veía todo no podía defenderlo".

Ese mismo día Dolores se enteró de que Jessica, la novia de Ezequiel, estaba embarazada. Hoy David cuenta que "desde que nací ya viví con esto, se me hizo presente". Confiesa que los momentos en que más lamenta no haber conocido a su papá es cuando necesita un consejo y fantasea "que podría haberle preguntado a él".

Ezequiel sigue presente y cada 21 de septiembre toda la familia y amigos se reúnen para recordarlo y construyen una balsa con flores para lanzar al río y así "mantener viva la memoria".

Por el crimen, en 2004 fueron condenados a reclusión perpetua el subinspector Gastón Somohano junto al cabo Alfredo Ricardo Fornasari y el inspector Gabriel Alejandro Barrionuevo, por los cargos de tortura seguida de muerte, privación abusiva de la libertad y torturas reiteradas. Los demás acusados recibieron penas de entre 3 y 5 años.

TEMAS RELACIONADOS