A cuatro meses del crimen de Joaquín Ruffo, el niño de 8 años asesinado por su papá en Lomas de Zamora, se conocieron estremecedores dibujos que revelaban la cruda situación que vivía en su casa.
Joaquín Ruffo tenía ocho años y una tarea escolar se reveló la angustiante situación que vivía. "Pedí hablar con la maestra que corrigió eso y nunca nadie se comunicó conmigo", indicó la madre.
A cuatro meses del crimen de Joaquín Ruffo, el niño de 8 años asesinado por su papá en Lomas de Zamora, se conocieron estremecedores dibujos que revelaban la cruda situación que vivía en su casa.
Un trabajo escolar sencillo, pensado para que los chicos identifiquen emociones, terminó convirtiéndose en una señal que nadie supo leer a tiempo. La actividad proponía una consigna simple: “Completá las caras de estos chicos con las expresiones que más te gusten”.
A través de dibujos infantiles, el ejercicio invitaba a asociar estados de ánimo con lugares cotidianos. Joaquín respondió con frases breves, escritas con cuidado. “Colegio: tranquilo y cansancio”, anotó. Luego, al referirse a su hogar, dejó una sola palabra: “Casa: miedo”.
La hoja fue corregida por la docente, con observaciones marcadas en verde y un elogio escrito encima: “súper”. Esa devolución, que cerró la tarea como un ejercicio más, pasó por alto un mensaje que hoy resulta devastador y generó repudio en redes sociales. “La maestra lo vio y lo corrigió, yo fui a hablar al día siguiente y como venían las vacaciones de invierno me ignoraron”, aseguró Natalia Ciak, la madre del chico, en declaraciones a TN.
Según relató, intentó sin éxito comunicarse con las autoridades del establecimiento. “Le pedí a la directora llorando saber con qué docente tenía el taller. Me dijo, pedí hablar con ella y nunca nadie se comunicó conmigo”, contó. Para Natalia, esos dibujos reflejan con crudeza lo que su hijo atravesaba en silencio. Días más tarde, Joaquín fue asesinado por su propio padre.
Desde el plano legal, el abogado de la mujer, Diego Lugones, sostuvo que el colegio incurrió en una falta grave y que actuó con negligencia. “Joaquín daba un montón de indicios de que tenía miedo en la casa, y el colegio debió hacer una denuncia al tomar conocimiento, no solo por el padre, sino por la madre, porque no sabían de donde salía el miedo. Capaz, si hacían la denuncia, no estábamos hoy con esta situación”, afirmó.
Natalia, junto a su representante legal, adelantó que inició acciones judiciales contra el colegio French de Banfield. “El viernes 12 de diciembre teníamos la mediación con el colegio -por daños y perjuicios- y nadie se presentó. Ellos saben que hay reglas a seguir, en este caso debería haber una denuncia directa a Defensoría del Menor para saber por qué él había escrito este pedido de ayuda. Muy claro, corregido con tilde verde y que decía ´Felices vacacaciones de invierno, que todos tus sueños se hagan realidad´“, agregó.
“Cuando fui a buscar su boletín y presenté su certificado de defunción como me pidieron, me hablaron maravillas de él, como yo sabía, porque era un chico que no llevaba problemas. Pero al único pedido de ayuda que solicité, me ignoraron, y a él lo ignoraron también. Tal vez si alguien hubiera prestado atención y la docente hubiera hecho su trabajo, hoy sería otra la historia“, cerró.