Conocé a la persona detrás de uno de los crímenes más recordados de Gran Bretaña
Un hombre de 92 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato y violación de Louisa Dunne, una viuda de 75 años asesinada en 1967, resolviéndose así uno de los casos más antiguos reabiertos en el Reino Unido.
Durante décadas, la policía no logró identificar al culpable pese a tomar más de 19.000 impresiones de manos en la zona; el verdadero asesino había abandonado el lugar y continuado cometiendo delitos.
En 2012, tras una detención menor, se registró su ADN, lo que permitió vincularlo años después con muestras forenses encontradas en la ropa de la víctima.
La justicia británica consideró el crimen un “acto despiadado y cruel”, cerrando más de medio siglo de impunidad y marcando un hito en la aplicación de la genética forense a casos históricos.
En 1967, el Reino Unido fue sacudido por un crimen que generó una mezcla de horror y desconcierto en la opinión pública. El caso se convirtió rápidamente en una de las historias policiales más seguidas de la época, con detalles que captaron la atención de los medios y de los investigadores durante décadas. A pesar del paso del tiempo, la justicia no había llegado a un desenlace definitivo… hasta este año.
Durante más de medio siglo, el caso permaneció en la memoria colectiva británica como un ejemplo de los límites del sistema judicial y de las dificultades para cerrar una investigación compleja. La resolución final de la condena, anunciada recientemente, no solo trajo alivio para algunos, sino también nuevas discusiones sobre el valor de la verdad y la persistencia en la búsqueda de justicia.
Cómo fue el crimen que tuvo su condena casi 60 años después
Ryland Headley
Durante más de cincuenta años, Ryland Headley logró eludir a la justicia por un crimen atroz. Su nombre permaneció en el anonimato mientras el asesinato de Louisa Dunne, una viuda de 75 años, seguía sin resolverse desde 1967. Pero el martes, con 92 años y necesitando audífonos para oír su sentencia, Headley fue finalmente condenado a cadena perpetua por violación y asesinato. El juez Derek Sweeting describió el ataque como “un acto despiadado y cruel” cometido por “un hombre depravado”, cerrando así uno de los casos más antiguos reabiertos en la historia reciente de Inglaterra.
En aquel entonces, la policía había levantado una huella de palma en la ventana por la que el asesino había irrumpido y tomó impresiones de más de 19.000 hombres y niños de la zona, sin éxito. Headley, mientras tanto, abandonó el área y continuó cometiendo delitos. A finales de los años 70 fue encarcelado por la violación de dos mujeres mayores, pero su ADN no fue registrado hasta décadas después, en 2012, durante una detención por un caso menor.
La pieza clave llegó más de medio siglo después: los análisis forenses revelaron la presencia de semen en la falda azul que Louisa Dunne vestía el día del crimen. La muestra coincidió con el perfil genético de Headley, y la huella de su palma confirmó lo que las pruebas genéticas ya señalaban. Con esa evidencia irrefutable, el asesino que había escapado de la justicia durante toda una vida finalmente enfrentó las consecuencias de su crimen.