A pesar del contacto generalizado con el dengue, en Argentina existe una alarmante falta de conocimiento sobre esta y otras enfermedades transmitidas por mosquitos. Según una encuesta nacional a más de 1.000 personas mayores de 18 años, el 42% de los encuestados experimentó un caso de dengue de forma directa o cercana, pero solo el 29% se considera bien informado sobre la enfermedad.
Esta brecha de conocimiento es especialmente notable en los jóvenes de 18 a 24 años, donde apenas el 12% afirma saber más que el nombre de la enfermedad. En contraste, los adultos de 25 a 44 años son los que muestran los mayores niveles de información.
La encuesta también analizó los hábitos de prevención, revelando que el uso de repelente es la medida más común, empleada por el 92% de los encuestados. Sin embargo, su aplicación no es rutinaria, sino que está ligada a situaciones específicas como viajes, salidas nocturnas o visitas a zonas rurales.
Solo un tercio de la población lo usa a diario, con mayor frecuencia entre mujeres (40%) y personas con hijos (41%). Los jóvenes de 18 a 24 años son los que menos lo usan, con un 9% que admite no aplicarlo nunca. En general, más del 60% de los encuestados no usa repelente de forma habitual, lo que subraya la necesidad de promover su uso constante durante todo el año.
Además de los repelentes, otras prácticas comunes de prevención incluyen la eliminación de agua estancada y el uso de insecticidas, adoptadas por el 57% de los encuestados. No obstante, los jóvenes son menos propensos a tomar estas precauciones. Un 12% de ellos prefiere recurrir a soluciones caseras y, de forma preocupante, un 3% admite no tomar ninguna medida.
Cómo reducir los riesgos de contagio
Los expertos en entomología enfatizan que la prevención es la herramienta más efectiva contra el Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue, el Zika y la chikungunya. Las medidas clave incluyen la eliminación de recipientes con agua estancada para evitar que los mosquitos se reproduzcan y evitar las actividades al aire libre al amanecer y al atardecer, que son los momentos de mayor actividad del insecto.
Finalmente, los especialistas recomiendan una combinación de prácticas para una protección completa. Estas incluyen el uso correcto de repelente sobre la piel y la ropa, su reaplicación frecuente, vestir ropa de manga larga y colores claros para crear una barrera física, evitar perfumes fuertes que atraen a los mosquitos y utilizar repelentes ambientales.