La paella, ese ícono de la gastronomía española con raíz valenciana, despierta pasiones por su sabor y su tradición. A medida que fue ganando popularidad en distintos rincones del mundo, también surgieron versiones adaptadas a distintos gustos, con ingredientes que van desde mariscos frescos hasta cortes tiernos de carne. Y como todo plato, la elección del vino adecuado puede realzar aún más su experiencia.
Maridar bien una comida con un tipo especial de vino puede potenciar sus matices o, por el contrario, opacarlos si no se combina correctamente. Por eso, saber qué botella abrir según el tipo de paella que se sirva es muy importante para disfrutar al máximo cada encuentro, especialmente en épocas de reuniones al aire libre.
La variedad de ingredientes presentes en las distintas versiones de paella lleva a descubrir vinos diferentes, que puedan acompañar sin imponerse. Desde tintos jóvenes con buena acidez hasta blancos frescos y rosados frutales, hay opciones para todos los paladares y estilos.
Cuál es el mejor vino para combinar con una paella
Para la paella valenciana tradicional, un clásico que combina arroz con pollo, conejo, garrofón, judías verdes y alcachofas encuentra su mejor maridaje en un vino tinto joven y ligero. El 875 m Tempranillo de Altura es una excelente opción: elaborado con uvas tempranillo, ofrece notas de cereza y frutas rojas con una acidez equilibrada que realza la textura del arroz y los sabores de la carne.
Cuando el plato está protagonizado por langostinos, mejillones, calamares o cigalas, lo ideal es acompañarlo con un vino blanco fresco. El Coto Blanco se distingue por su suavidad y frescura, características que armonizan con la salinidad y los aromas marinos del plato. Otra alternativa es El Coto Verdejo, de aromas tropicales intensos, procedente del viñedo Finca Carbonera.
En cuanto a la paella mixta, este tipo de preparación mezcla elementos del mar y la tierra. Para equilibrar esa dualidad de sabores, los rosados resultan una opción acertada. El Coto Rosado ofrece un perfil afrutado, con notas de cerezas maduras y frutos del bosque. Ligero, refrescante y con buena estructura, es ideal para resaltar la diversidad de ingredientes sin sobresalir.
Por último, la recomendación general se inclina por elegir vinos jóvenes, ya que su frescura y ligereza permiten que la paella siga siendo la protagonista. Los de crianza, al tener mayor cuerpo y complejidad, pueden opacar la sutileza de los ingredientes, sobre todo en versiones con pescado o vegetales. Elegir un vino sin paso por barrica asegura un maridaje más afinado y equilibrado.