Así actuaba el estrangulador de Boston, el asesino en serie rodeado de misterios y sospechas

Entre principios de los años 60 y mediados de esa década, la ciudad se vio sacudida por una seguidilla de asesinatos que pusieron en jaque a las fuerzas de seguridad.

  • Los crímenes ocurrieron entre 1962 y 1964 en la ciudad de Boston y sus alrededores. Las víctimas fueron 13 mujeres, principalmente ancianas que vivían solas.
  • El método de asesinato fue el estrangulamiento con prendas de vestir. Albert DeSalvo confesó los crímenes, pero no fue juzgado específicamente por ellos.
  • Durante décadas existieron dudas sobre la autoría y la posibilidad de múltiples responsables.
  • Pruebas de ADN posteriores lo vincularon con al menos una de las muertes. El caso sigue siendo uno de los más debatidos de la historia criminal de Estados Unidos.

Durante años, Boston vivió bajo una atmósfera de miedo y desconcierto a causa de una serie de crímenes que parecían no tener un patrón claro, pero que compartían una inquietante similitud. Las víctimas aparecían en sus propios hogares y las escenas dejaban más preguntas que respuestas. Así comenzó a gestarse la leyenda oscura del llamado “estrangulador de Boston”, uno de los casos criminales más enigmáticos del siglo XX.

La forma de actuar del homicida, su aparente facilidad para ingresar a las viviendas y la diversidad de perfiles de las víctimas alimentaron teorías contrapuestas, errores de investigación y una cobertura mediática sin precedentes. Cada nuevo caso reforzaba la sensación de que el responsable podía estar en cualquier lugar.

Cuál es la historia del estrangulador de Boston y cómo avanzó su caso

El Estrangulador de Boston

El caso del Estrangulador de Boston es uno de los episodios criminales más emblemáticos y controvertidos de la historia de Estados Unidos. Entre 1962 y 1964, una serie de 13 mujeres, en su mayoría ancianas que vivían solas, fueron halladas muertas en sus domicilios en el área de Boston, estranguladas con medias, pañuelos o prendas de vestir.

La repetición del método, la ausencia de signos de entrada forzada y la vulnerabilidad de las víctimas generaron un clima de miedo generalizado y una presión pública inédita sobre las autoridades.

La investigación derivó en la detención de Albert DeSalvo, quien confesó los asesinatos mientras estaba bajo custodia por otros delitos. Sin embargo, su confesión nunca fue acompañada por un juicio específico por los homicidios, lo que dejó abiertas dudas persistentes sobre su responsabilidad total o parcial.

A lo largo de los años, surgieron cuestionamientos sobre la validez de sus declaraciones, la posibilidad de más de un autor y las fallas en la recolección de pruebas, en una época previa a los avances forenses modernos.

Décadas después, el caso volvió a ocupar la agenda informativa cuando pruebas de ADN permitieron vincular a DeSalvo con al menos uno de los asesinatos, aportando una confirmación parcial a una historia marcada por la incertidumbre.

Pese a ello, el Estrangulador de Boston continúa siendo un referente del debate criminológico sobre confesiones, errores de investigación y la dificultad de cerrar definitivamente un caso que dejó una huella profunda en la sociedad estadounidense.

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