Netflix estrenó el 17 de septiembre la segunda temporada de "1670", una miniserie polaca de 8 capítulos que combina sátira y humor ácido en clave de falso documental. Con episodios de entre 29 y 37 minutos, la producción es ideal para maratonear en un par de días y se posiciona como una de las apuestas más originales de la plataforma.
La trama está ambientada en una aldea del siglo XVII y sigue a Jan Pawe Adamczewski, un noble excéntrico y ambicioso que busca dejar una huella en la historia. Su estilo de liderazgo caótico genera choques familiares, rebeliones campesinas y situaciones absurdas que disparan la risa mientras exponen problemáticas universales.
Con un tono irreverente, la serie recurre a anacronismos y recursos modernos para dialogar con la actualidad. Así, aunque el vestuario y la escenografía recrean con fidelidad la época, los temas que aborda —ambición desmedida, desigualdad y corrupción política— conectan de lleno con el presente.
Netflix: sinopsis de 1670
La historia muestra cómo Adamczewski intenta convertirse en una figura trascendente, aunque sus planes terminan en enredos disparatados que involucran tanto a su familia como a los aldeanos. El recurso del falso documental, con miradas a cámara y reacciones exageradas, potencia el efecto cómico y aporta frescura a la narración.
Hay personajes secundarios clave que enriquecen este choque social. Por ejemplo, Aniela, hija progresista de Jan Pawe, impulsa causas externas como la igualdad o el cambio climático, lo que genera enfrentamientos no solo con el padre, sino con la estructura social del pueblo. También Jakub, su hijo, actúa como contrapunto: sacerdote intrigante que busca asegurar su lugar en el legado familiar adoptando estrategias más pragmáticas que ideales.
Tráiler de 1670
Reparto de 1670
Encabezan el elenco Bartomiej Topa, Katarzyna Herman y Martyna Byczkowska, quienes se suman a un gran número de actores polacos que interpretan personajes caricaturescos pero con conflictos creíbles. Entre ellos aparecen también Micha Sikorski y Andrzej Kak. Las actuaciones destacan por lograr un equilibrio entre lo absurdo y lo humano, lo que permite que la sátira no se sienta vacía.