El renacer de Malandro de América: cuenta por qué va al psicólogo y asegura que "no podés ser chorro y artista al mismo tiempo"

Uno de los pioneros del rap en Argentina recibió a C5N para dialogar del despegue de su carrera, cuando decidió colaborar con artistas que pertenecen al mainstream de la industria musical.

Se llama Matías Ezequiel pero sus cientos de miles de seguidores lo conocen como "Malandro de América" o simplemente "Malandro", uno de los primeros artistas en dedicarse de lleno al rap en el país. Nacido en la zona Nnorte del Conurbano se dedicó a escribir e interpretar canciones que, lejos de hablar de los excesos y riesgos a los que están expuestos los sectores más humildes, describen el sentir de un estrato social joven que lucha día a día para llevar un plato de comida a su casa. "En mis shows el público se organiza con micros, banderas, bengalas... a los pibes les pega tipo rock and roll o cancha. Yo creo que les significa lo que dicen mis letras, los ayudo de alguna forma. Mis fanáticos capaz que no tienen una mamá que les de un consejo o una familia que les de un abrazo", describió.

La primera confesión que "Mala" decidió hacerle a C5N al comenzar la charla fue impensada: empezó el psicólogo a sus 41 años. "Estos últimos dos años tuve un destrabe personal. Tomé una posición. Tuve la oportunidad de hacer featuring con colegas que son del mundo más mainstream y accedí, antes estaba más cerrado en el under. Parece que quiero moralizar, pero lo voy a decir: cambié por haber ido al psicólogo. La gente me decía 'Che, no podés ser tan cerrado' y no era de malo, era una filosofía de vida. Ahora me di cuenta que puedo trabajar con otras personas y mantener mi esencia", explicó.

Según "Malandro", el psicólogo "te pone los patitos en fila y te disipa las dudas. Hay preguntas que uno le hace a mamá, a papá o a alguien mayor, pero ahora que estás grande tenés que respondértelas solo. A mis 41 años me siento contento porque estoy donde siempre quise estar. Estoy feliz y creo que tiene que ver conmigo, con mis amigos, con mi familia y con la carrera".

Pero el cambio fue más profundo. "La música autodestructiva se puso de moda y es divertida para el barrio porque uno vive algo de esa realidad, pero yo elijo escribir temas con un mensaje. La verdad es que no ando choreando ni vendiendo droga, a pesar de vivir en barrios donde hay delincuencia tengo otros valores".

"Elegí ser cantante y es un oficio, no podés ser chorro y artista al mismo tiempo. Si vos andás en esa tarde o temprano terminás mal, encima si cantás sobre eso te estás mandando en cana solo. Un comunicador tiene una responsabilidad enorme y la mía es intentar con mis letras cambiar lo que se vive donde yo vivo", agregó.

A pesar de su crecimiento personal, él asegura que "sigo en el mismo lugar, la forma de llevar mi música sigue siendo igual. No firmé con nadie ni le pedí sponsor a ninguna marca, pero sí me di cuenta que los pibes que trabajan para la industria masiva son seres humanos. Uno a veces piensa que son todos lo mismo y que solo les interesa pegarla. La realidad es que hice mi propio camino y me di cuenta que no los necesito, las grandes productoras no pueden darme nada que yo no haya conseguido".

Uno de las controversias más grandes en la escena musical este 2025 es el precio de las entradas que los artistas eligen para sus shows junto a, obviamente, las productoras, luego de constatar que artistas de primer nivel en el mundo no terminaron llenando estadios en Argentina por los elevados precios de los tickets. En este sentido, el artista no duda: "Hay que hacer un balance. Existen artistas avaros que priorizan la cantidad y los precios elevados para ganar la mayor recaudación posible, pero uno tiene que considerar el esfuerzo y el sacrificio de su público. Si tus seguidores son de clase media baja o clase trabajadora sabés que le cuesta un montón. Para poner una entrada a 140 lucas te tengo que regalar una obra de teatro y un invitado de lujo".

"Yo empecé porque quería cambiar la realidad de mi familia. Éramos una familia carenciada, humilde. Lo malo te acaricia todo el tiempo y nosotros siempre peleamos contra eso. Mi propósito es sacarlos de donde están, que mis viejos puedan vivir en una casita linda así como en la que estamos ahora. Mis viejos van a mis shows y mi mamá me escucha todo el día en el celular, en el auricular, en la tele, me pone en YouTube, en el parlante cuando limpia '¡Basta mamá!'", sintetizó.

Acerca de los planes para el futuro, Malandro reflexionó: "En este momento estoy intentando disfrutar el presente, pero a la vez estuve grabando una sesión de ocho canciones junto a una banda que se llama Santos de Madera. Son mis canciones reversionadas por 12 músicos. Estoy negociando con la gente porque se viene un nuevo Jolgorio del año el 15 de noviembre y si hacemos sold out antes de esa fecha yo les regalo la sesión con video y todo".

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