Cuando la Policía de la Ciudad de Buenos Aires llegó al primer domicilio en el que sospechaban que podía vivir el eyectado titular de la Agencia Nacional de la Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, se encontró con que el ya no vivía ahí.
El viernes detuvieron a Spagnuolo en el marco de la causa que investiga el cobro de coimas en discapacidad. El Gobierno aún no dio ninguna declaración oficial y predomina el silencio en Casa Rosada.
Cuando la Policía de la Ciudad de Buenos Aires llegó al primer domicilio en el que sospechaban que podía vivir el eyectado titular de la Agencia Nacional de la Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, se encontró con que el ya no vivía ahí.
-Mi tío no vive más acá. Vive en Pilar- les dijo el joven que los recibió y que no les pudo dar más precisiones porque, según dijo, no las tenía.
Era la madrugada del viernes 22 de agosto, había premura, los investigadores debían moverse a mucha velocidad. Al mismo tiempo debían procurar que bajara un poco la espuma, que venía creciendo desde que el canal de streaming Carnaval y el programa televisivo Argenzuela (C5N) sacaron a la luz las grabaciones en las que se lo escucha a Spagnuolo hablando de presuntos retornos -que llegarían hasta la hermana presidencial, Karina Milei- vinculados a las contrataciones de ANDIS con la droguería Suizo Argentina S.A. Fue entonces que, de fuentes policiales, se dejó trascender que habían terminado los 15 allanamientos en simultaneo que dispuso el juez federal Sebastián Casanello, por requerimiento del fiscal Franco Picardi.
Doce horas más tarde, tras una serie de tareas de inteligencia, un equipo de la policía porteña arribó al barrio Altos de Campo Grande en Pilar encontró a Spagnuolo al volante de su Volkswagen Nibus azul, con la intención de alejarse del barrio. “Hubo que atravesarle un patrullero para que frenara”, aseguraron fuentes de la investigación. En ese momento los policías consultaron con el juzgado y la fiscalía para saber si era necesario detener al exfuncionario para garantizar su sujeción al proceso judicial pero la repuesta fue negativa. “Solo allanamiento y secuestro de dispositivos para asegurar la prueba”, explicaron las fuentes consultadas. “Esta etapa del proceso se trata de eso: de asegurar la prueba. Todavía no hay caso. Hay una denuncia formulada por un abogado (Gregorio Dalbon) en base a unas grabaciones que fueron dadas a conocer públicamente”, sintetizó una de las fuentes.
Las sorpresas continuaron cuando los policías ingresaron a la vivienda que habitaba el abogado penalista que antes de llegar a la función pública había sido el abogado personal de Milei. Encontraron una máquina de contar billetes y una inusual cantidad de billetes de baja denominación. Otro dato que llamó la atención fue que Spagnuolo entregó su teléfono celular mara Iphone -del que no aportó la clave de desbloqueo- y otro más básico, de los que ya no se usan. Todo eso ya se encuentra en manos de la justicia.
El de Spagnuolo, sin embargo, no fue el más cinematográfico de los allanamientos. Durante la noche previa, el operativo de color fue el que tuvo como protagonista a Emmanuel Kovalivker dueño de apenas el 0,015 por ciento de las acciones de Suizo Argentina. La policía también lo encontró arriba de su auto. Tenía consigo 266.000 dólares repartidos en sobres, una libreta con anotaciones y 7 millones de pesos. A su hermano Jonathan Simón, que ejerce la presidencia de la compañía y detenta el 21 por ciento de las acciones, no lo encontraron en su casa: se había ido, a pesar de que allí quedó su familia. Las tres cajas fuertes detectadas en su vivienda estaban abiertas, habían quedado en el piso varias banditas elásticas de las que se usan para atar fajos y en una de las cajas, aparentemente en una habitación de servicio, quedaban 50 mil dólares.
El último de los procedimientos -realizados hasta ahora- se llevó a cabo el viernes por la noche cuando los investigadores encontraron en su casa de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, al exdirector de Acceso a los Servicios de Salud de la Andis, Daniel Garbellini, quien también fue eyectado de su cargo tras aparecer mencionado en las conversaciones de las coimas. Le secuestraron su celular.
Tras los allanamientos, el juez Casanello decretó la prohibición de salida del país de los investigados. Con el mismo objetivo: evitar que se entorpezca la investigación.
Sin poder desacreditar las conversaciones grabadas, el Gobierno nacional buscó instalar distintas versiones sobre su origen. Llegaron a responsabilizar por la filtración a la vicepresidenta Victoria Villarruel e incluso uno de los lados del ex “Triángulo de hierro” responsabilizó al sector que responde a Santiago Caputo, quien se encargó de hacer saber que él no estuvo detrás de la aparición de las conversaciones.
Desde usinas de información podrida echaron a correr que serían las fuerzas federales de Seguridad -que responden a Patricia Bullrich- las que se ocuparían de extraer la información de los dispositivos sexuestrados y que Spagnuolo se había reunido con la fiscalía para avanzar con una negociación para convertirse en arrepentido. Todo eso fue falso: no hubo tal reunión y los dispositivos serán manipulados por la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), que depende de la Procuración General de la Nación.
Lo cierto es que a Spagnuolo lo traicionó su propio accionar. Recién empezaba su gestión al frente de Andis cuando supo que ciertos “negocios de la corona”, que se iban a hacerse bajo sus narices, no serían controlados por él. Y en lugar de denunciarlo buscó la forma de cubrirse y lo comentó con una larga lista de personas en las que confiaba. Habló y habló. Contó y contó. Y en una de esas charlas de café en las que el abogado penalista buscaba desahogarse e intentaba despegarse de la mancha venenosa, su voz quedó impresa en una grabación.
"Hablé con el Presidente (Milei) y le dije: 'Están choreando, te podés hacer el boludo, pero no me tiren a mí este fardo'. Llega a haber algún quilombo y no me cuidan. Tengo todos los WhatsApps de Karina", se le escucha decir a Spagnuolo en una conversación que no fue desmentida por nadie del gobierno y en la que luego le apunta a la familia Menem.
El episodio ocurrió hace un año. Las versiones más confiables indican que la conversación ocurrió después del mediodía en la conocida confitería de la zona de Tribunales, Petit Colón. El ruido de fondo y el sonido tintineante de las cucharas que chocan contra las tazas al mezclar el endulzante del en el café agregan verosimilitud al dato. Para entonces, Spagnuolo ya se había reunido al menos tres veces con Eduardo “Lule” Menem en la Casa Rosada. ¿Qué tenía que hablar el titular de Andis con el subsecretario de Gestión Institucional de la Secretaría General de la Presidencia?
En aquellos días en los que se produjo la grabación -que bien podría ser considerada una cámara oculta aunque sin imagen (por ahora)- ingresó a los tribunales federales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro- la primera denuncia vinculada a presuntos negociados entre Andis y la droguería Suizo Argentina. La hizo el abogado Alejandro Díaz Pascual, en base a una investigación del periodista Tomás Méndez, presentada en Canal 9. Se indicaba que podía haber irregularidades en compras de medicamentos costos por 30.000 millones de pesos sin licitación. El juez Casanello delegó aquella investigación en el fiscal Carlos Rivolo y, tras una serie de medidas de prueba, el fiscal determinó que el mecanismo utilizado no era irregular. Sucede que para la compra de medicamentos de alto costo y baja incidencia existe un camino de adquisición rápido y sin licitación para el que alcanza con comparar tres presupuestos. En febrero de este año, a requerimiento de la fiscalía, se archivó la causa.
Esa investigación, sin embargo, arrojó elementos que hoy permiten afirmar que la dorguería Suizo Argentina es la preferida de Andis, al menos en la gestión de Milei. Y ese elemento aporta verosimilitud a las denuncias de coimas: hasta julio del 2024 a la dorguería investigada le habían asignado el 19,14 por ciento del total del dinero destinado a medicamentos del Programa de Alto Costo y Baja Intensidad. El 80,86 por ciento restante fue adjudicado a 57 proveedores del mismo rubro.
En esta causa los imputados tuvieron un año de ventaja. Supieron hace un año que los estaban mirando, es probable que ya hayan borrado parte de la evidencia. Eso, quizás, explica la urgencia y la premura con la que se llevaron a cabo los allanamientos de los últimos días.