En las últimas semanas, bajo un clima macroeconómico algo más favorable para el Gobierno nacional, el presidente Javier Milei comenzó a incluir con mayor insistencia la necesidad de que La Libertad Avanza desarrolle el programa de su “batalla cultural”. Un fuerte posicionamiento antiprogresista, con especial incisión sobre nociones como la justicia social y la agenda de ampliación de derechos para las mujeres y las disidencias sexuales. Pero en el territorio digital la violencia de ultraderecha campea hace años, mucho antes de la actual gestión, y sus víctimas se multiplican.
El objetivo general de la militancia radicalizada de ultraderecha en Argentina es eliminar adversarios comunicacionales y homogeneizar los discursos en redes sociales, esa trama de la realidad que consideran nativa y propia. Sin dudas, la configuración de algoritmos en redes como X beneficia discursos violentos y discriminatorios, a diferencia de la capacidad menos efectiva -hasta el momento- de pisar la calle en actividades políticas más tradicionales.
Luego vienen los métodos. El armamento más destructivo de las milicias digitales libertarias es el doxeo. Implica la divulgación de información personal precisa de los enemigos que son puestos en la mira. A partir de la disposición en redes de datos como teléfono, dirección, DNI y más detalles personales, se multiplican sobre la víctima todo tipo de ataques como suplantación de identidad, acoso callejero, amenazas. Una verdadera guerra psicológica que es sostenida hasta lograr la “rendición” del adversario, es decir, que cierre sus cuentas de redes sociales, renuncie a su pública posición opositora al gobierno o que se eliminen artículos publicados en medios.
Una investigación de la revista Crisis publicada en julio de 2024 reveló las actividades del grupo KFC (Kiosco, Falopa, Coquita, juego de palabras con inquietante cercanía a CFK), una estructura liderada por Federico Javier Gorga, ex estudiante de Filosofía de la UBA, conocido en la esfera tuitera con diferentes versiones del nombre de usuario Bad Barrani. Radicado entre España y EEUU, Gorga operativiza, según explican en el trabajo del Equipo de Investigación Política de esa revista, diferentes acciones contra las personas detrás de perfiles que logran alguna transversalidad en sus críticas contra Milei y su entorno.
En un nivel más arriba aparece Daniel Parisini, el Gordo Dan. Este referente de la militancia mileísta fue quien, en el acto de presentación de la agrupación Las Fuerzas del Cielo en la localidad bonaerense de San Miguel afirmó que son el “brazo armado” del movimiento. En su caso, es la vanguardia de KFC: señala adversarios en sus posteos y, minutos después, otras cuentas troll publican datos privados de esos objetivos, comenzando así el ataque sistemático.
Gordo Dan
Daniel "Gordo Dan" Parisini en el acto de Las Fuerzas del Cielo.
Parisini frecuenta la Casa Rosada a pesar de no contar con ningún cargo, salvo cuando debió aceptar, tras un pedido de información pública realizado por el usuario de X Antiponzista sobre quiénes visitaron Balcarce 50 desde diciembre de 2023, que estaba “ayudando” a armar equipos para la comunicación digital del nuevo oficialismo.
Esa averiguación vino con un vuelto: Dan doxeó a Antiponzista, y KFC junto a otros usuarios sueltos arremetieron contra él. Fotos de su casa y de sus familiares, informes de situación crediticia y más. El usuario recibió un envío de MercadoLibre con tierra negra y lombrices. Un rato después, un mensaje anónimo aseguraba que en poco tiempo iba a estar él también bajo tierra. Antiponzista decidió rendirse y cerró su cuenta de X.
Casos concretos
Ayelén Romano es @_venusandmars en X. De la astrología a la política, su perfil convoca usuarios de todo tipo a los espacios de conversación que organiza en la plataforma de Elon Musk. Las patotas libertarias la tomaron de punto ya por 2021, trolleando esos lugares de discusión. Tres años después, en diálogo con C5N, cuenta que esta situación es cotidiana.
“Este fin de semana, el sábado a la madrugada, otra vez se subió una de estas personas que me acosa y empezó a gritar la dirección de mi casa e insultarme diciéndome negra de mierda, negra matancera, hija de puta, todas esas cosas”, relata. Pero ese nivel de hostigamiento resulta casi inofensivo en comparación a lo que sufrió a principios de 2024.
A principios de abril, un hombre amenazó a su madre en la puerta de su casa en La Matanza. Un tiempo después, comenzó a recibir periódicas y múltiples visitas de personas que decían que venían a retirar un electrodoméstico que le habían comprado en Marketplace de Facebook, haciéndola quedar como una estafadora.
El 8 de abril de este año usuarios troll de X organizaron un espacio de conversación como el que Romano organiza, pero titulado “paja grupal escuchando la voz de Aye”. Luego recibió un video de un hombre masturbándose mientras sonaba la voz de ella. El número de teléfono desde donde se realizó el envío, según fue posible constatar, está a nombre de Federico Gorga. En mayo alguien mandó a colgar un pasacalles en la esquina de su casa: “Nos encanta tu voz”. Llevaba por firma la sigla KFC.
pancarta ayelen romano libertarios kfc.jpeg
La pancarta instalada frente a la casa de Ayelén Romano.
Javier Smaldone es experto en seguridad digital y en X se lo conoce como @mis2centavos. Hace años mantiene una conflagración discursiva con libertarios. En mayo de 2024, cuentas troll publicaron la dirección de su hija. Casi de inmediato, en Marketplace aparecieron publicaciones a su nombre asegurando que iba a regalar una heladera y un televisor. La chica recibió cientos de mensajes, llamadas telefónicas y visitas a su domicilio.
Facundo Iglesia es periodista de la revista Crisis, corresponsal para el medio inglés The Guardian y forma parte del Buenos Aires Herald. Integró el equipo de investigación que puso luz sobre el modo en que las milicias digitales favorables al gobierno de Milei funcionan. A partir de esa publicación, hace pocas semanas descubrió que alguien había creado a su nombre una empresa en Miami, Florida, EEUU. Entre los titulares de esa compañía también estaban Smaldone y Ayelén Romano.
Luego de que los tres denunciaran esa suplantación de identidad, la empresa fue cerrada por la misma mano invisible que la abrió. Según explicó Iglesia a C5N, la empresa fue creada por otra empresa relacionada a propiedades de Federico Gorga.
No es posible confirmar el número de víctimas que estas bandas inorgánicas ya amedrentaron entre lo digital y el mundo físico. Menciones anónimas y en voz baja estiman el número en por lo menos 40. Pero ese es el principal triunfo, hasta el momento, de la estrategia de ultraderecha: casi nadie se anima a alzar la voz y denunciar.
La lógica del señalamiento público por parte del Gordo Dan con sus consecuentes ataques por parte de usuarios troll ya alcanzaron a las ligeras disidencias al interior de La Libertad Avanza. Los casos más resonantes incluyeron a la vicepresidenta Victoria Villarruel o la diputada expulsada del bloque, Lourdes Arrieta, tras la visita a genocidas en la cárcel de Ezeiza.
Javier Milei y el Gordo Dan
Javier Milei y Daniel "Gordo Dan" Parisini.
Pero los ataques contra la legisladora bonaerense de La Libertad Avanza, Constanza Moragues, tuvieron un muy bajo volumen: usuarios que demostraron saber todos sus seguimientos diarios y sufrió un muy extraño ingreso a su casa, en que revolvieron todo pero no robaron nada. Todo había empezado con un tuit en el que Dan la señalaba como traidora. Al rato alguien publicó la dirección de su casa.
Acaso lo más difícil sea determinar qué estructura política ordena esta nueva violencia. La imposibilidad de rastrear quiénes son los agresores concretos y las reglas mismas de convivencia en el ámbito de las redes sociales componen una madeja muy difícil de desenredar.
Muchos usuarios troll, contra lo que podría pensarse, se esfuerzan en el hostigamiento antes descrito sin ser parte de ningún partido u organización militante. Para ellos aplica un concepto conocido con dog whistling, en referencia a esos silbatos que suenan en una frecuencia que solo los perros pueden oír. La comunicación oficial gubernamental y la constelación de referentes radicalizados elige las palabras y los tonos que saben que activarán una violencia derivada, indirecta y hasta el momento muy efectiva hacia sus adversarios.