El proceso de digitalización del Poder Judicial viene en la Argentina desde hace unos años, cuando en junio de 2011 se sancionó la ley de expediente digital.
La digitalización es fundamental para que se agilicen los procesos, porque el soporte papel hace mas lenta y vetusta la Justicia. Hubo un gran avance en este sentido por la fuerza, con la irrupción de la pandemia de Covid-19 y la imposibilidad de que las personas pudieran concurrir presencialmente.
Pero así como la digitalización puede traer agilidad, hay que estar atentos para que el abandono del papel no impacte en las garantías constitucionales, es decir, cómo se desarrollan las reglas de juego.
Es un desafío muy importante. Por un lado, porque se requieren tecnologías adecuadas a los grandes flujos de consultas judiciales. Por otro, porque incorporar tecnología al proceso no debe ir en contra de los derechos de las mayorías y los más vulnerables.