La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, presentó su renuncia en medio de la investigación sobre las fallas de seguridad relacionadas con el reciente intento de asesinato del expresidente Donald Trump en un encuentro republicano en Pensilvania.
El Poder Legislativo y un organismo de control interno del Gobierno llevan adelante las indagaciones sobre cómo el organismo que conducía Cheatle manejó la protección del empresario.
El presidente Joe Biden emitió un comunicado en el que expresó su agradecimiento hacia la funcionaria saliente. "Como líder, se necesita honor, coraje y una integridad increíble para asumir la plena responsabilidad de una organización encargada de uno de los trabajos más desafiantes en el servicio público", remarcó, y adelantó que pronto se nombrará un reemplazante.
En tanto, legisladores republicanos pidieron juicio político para Cheatle, e hicieron visible su indignación luego de que la ahora exfuncionaria se negara a responder muchas de las preguntas formuladas por el Comité de Supervisión de la Cámara el lunes.
Durante su aparición en la Cámara de Supervisión, la exfuncionaria reconoció que hubo problemas "significativos" y "colosales" con la seguridad en la manifestación, pero aun así rechazó las demandas de su renuncia. "Creo que soy la mejor persona para dirigir el Servicio Secreto en este momento", aseguró.
Sin embargo, este martes terminó cediendo ante los pedidos de renuncia y concretó su salida. Había sido designada para el cargo en 2022 por Biden, luego de dejar su trabajo como directora de Seguridad Global en PepsiCo. Antes de su paso por el sector privado, había trabajado en el Servicio Secreto durante 27 años.