El robo de los 100 millones de euros en el Museo del Louvre, en París, puso en evidencia una falla grave en el tema de la seguridad como es la contraseña.
Las auditorías habían alertado sobre la vulnerabilidad del sistema de vigilancia pero la dirección de la reconocida institución francesa no tomó ninguna medida. Hay 4 detenidos, 3 por muestras de ADN.
El robo de los 100 millones de euros en el Museo del Louvre, en París, puso en evidencia una falla grave en el tema de la seguridad como es la contraseña.
Documentos filtrados de la Agencia Nacional de Seguridad de la Información (ANSSI) confirmó que el sistema de Sathi de videovigilancia era obsoleto, no se actualizaba hace años y tenía una palabra clave que era "Louvre".
Las auditorías habían advertido en varias ocasiones de la vulnerabilidades informáticas y contraseñas débiles durante años, aunque las autoridades del antiguo palacio se confiaron en el prestigio del símbolo de la cultura de Francia.
Los ladrones se llevaron varias piezas únicas de la colección napoleónica, que se vio favorecido por la facilidad para burlar la seguridad digital. Sumado a las fallas físicas como la mal orientación de las cámaras, dejó expuesta una década de negligencia tecnológica.
Hay cuatro personas acusada y detenidas, tres con las pruebas de ADN, aunque las joyas no se lograron recuperar hasta el momento. La fiscal parisina Laure Beccuau reveló que los sospechosos “no son criminales sofisticados”, sino obreros y trabajadores del norte de París.
El palacio hecho museo fue robado el 19 de octubre de 2025, cuando los ladrones se llevaron ocho joyas de la corona francesa valoradas en aproximadamente 100 millones de euros. Ingresaron disfrazados de obreros, utilizaron una escalera para acceder a la Galería de Apolo, cortaron una ventana y en pocos minutos sustrajeron las joyas, escapando en motocicletas. Sólo se recuperó una corona dañada, el botín principal sigue sin aparecer.