Una tragedia sacude a la región rusa de Riazán tras una devastadora explosión en una fábrica de pólvora. El incidente, ocurrido en la zona industrial de Silovsky, dejó un saldo preliminar de 11 personas fallecidas y al menos 130 heridas, en un hecho que conmocionó a toda la comunidad.
La violenta detonación, que redujo gran parte de la instalación a escombros, se produjo en las últimas horas del viernes y movilizó a todos los equipos de emergencia de la región para atender la catástrofe.
Los equipos de rescate trabajaron de manera incansable durante la noche y la mañana siguiente para liberar a las personas que quedaron atrapadas. Con la ayuda de maquinaria pesada y también de forma manual, los socorristas movieron grandes bloques de cemento y estructuras retorcidas, en una carrera contra el tiempo para encontrar sobrevivientes y recuperar a las víctimas.
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Las autoridades locales iniciaron una investigación exhaustiva para determinar las causas de la explosión y esclarecer las responsabilidades.
En este contexto, las autoridades están centrando sus pesquisas en una posible "violación de las normas de seguridad que provocó muertes por negligencia", lo que sugiere que la tragedia podría haberse evitado, y que la falta de cumplimiento de los protocolos de seguridad industrial habría sido el detonante de la catástrofe.
Ante la magnitud de la tragedia, el gobernador regional de Riazán, Pavel Malkov, declaró una jornada de luto oficial. La medida, que rige para el lunes 18 de agosto, implica que las banderas ondearán a media asta en todos los edificios públicos de la región, y se han cancelado todos los eventos culturales y deportivos programados.