El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, descartó este jueves la posibilidad de enviar fuerzas militares a México para combatir a los cárteles de la droga o que tome medidas unilaterales en territorio mexicano. Tras participar en la cumbre del G7 en Hamilton, Canadá, el funcionario reiteró, no obstante, su preocupación por la seguridad en el país vecino, al señalar que "existen áreas controladas por el narco".
Cuestionado por la prensa sobre la situación de seguridad y la posible asistencia de Washington, Rubio enfatizó que Estados Unidos está dispuesto a brindar "toda la ayuda que necesiten", siempre y cuando sea a solicitud del Gobierno mexicano.
"Obviamente, no quieren que tomemos medidas unilaterales ni que enviemos fuerzas estadunidenses a México, pero podemos ayudarlos con equipo, entrenamiento, intercambio de inteligencia y todo tipo de cosas que podríamos hacer si lo pidieran. Tienen que pedirlo", respondió Rubio.
El jefe de la diplomacia estadounidense destacó los avances en la cooperación bilateral, especialmente en el esfuerzo conjunto para frenar el flujo de fentanilo. El secretario de Estado aplaudió los "avances increíbles" logrados en los primeros diez meses del año en curso con la administración mexicana, a pesar de que el problema del narcotráfico es de larga data y requerirá tiempo para mostrar un "progreso mensurable". Subrayó que, en este aspecto, "no tenemos quejas sobre el nivel de cooperación que hemos tenido de México".
El funcionario elevó la categorización de los cárteles, al describirlos como "organizaciones terroristas transnacionales". Argumentó que, si bien no están impulsadas por una ideología, sus capacidades —que incluyen, en muchos casos, más armas, mejor entrenamiento e inteligencia superior a la de los Estados-nación— las definen como tal. "No tienes que ser ideológico para ser terrorista", sentenció, al advertir sobre el potencial desestabilizador de estas redes en la región.
Finalmente, Rubio recalcó que esta presencia de los cárteles constituye "el problema endémico más grave en la región", pues en diversas zonas de México estas estructuras son "más poderosas que las fuerzas del orden locales o incluso las fuerzas nacionales". El secretario de Estado concluyó que estas organizaciones criminales, al amenazar la "viabilidad y las capacidades de los Estados nación", representan una seria preocupación para todo el hemisferio occidental.