Este domingo se desarrolló la segunda vuelta de las elecciones municipales en Brasil donde se pusieron en juego las alcaldías de 51 ciudades, incluidas 15 de las 27 capitales de estado, en las que ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta en los comicios del 6 de octubre.
Estas elecciones son consideradas un test para el presidente Luiz Inácio "Lula" da Silva y el exmandatario Jair Bolsonaro de cara a las presidenciales de 2026. La primera vuelta fue ampliamente favorable a la derecha y especialmente al Partido Liberal (PL).
"Lo que está en juego en esta segunda vuelta es la redistribución de las cartas de poder entre los partidos de derecha y de centroderecha de Brasil", explicó a la AFP el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del estado de Río de Janeiro, Geraldo Monteiro.
En San Pablo, con el 90% de los votos escrutados, el actual alcalde de la derecha Ricardo Nunes se impuso por 60% a 40% contra Guilherme Boulos, el candidato de izquierda.
En Porto Alegre fue elegido el alcalde Sebastião Melo, pese a su cuestionada gestión durante las históricas inundaciones sufridas por la ciudad este año. Melo derrotó a la diputada Maria do Rosário Nunes, apoyada por da Silva.
El PT pudo celebrar en Fortaleza y volverá a gobernar una capital tras 4 años. La última victoria del partido oficialista en una de las 26 capitales fue en Rio Branco, con Marcos Alexandre, en las elecciones de 2016.
Guilherme Boulos y Lula da Silva en San Pablo 06-10-24
Lula junto a Guilherme Boulos en la campaña previa a la primera vuelta.
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