Cuatro personas fueron detenidas acusadas del robo de un brazalete bañado en oro de más de 3.000 años de antigüedad que desapareció de manera misteriosa en el Museo Egipcio de El Cairo.
La reliquia perteneció a un faraón clave en la historia egipcia y es considerada una pieza fundamental de su legado cultural. La joya había sido robada de un laboratorio de restauración por un trabajador del lugar.
Cuatro personas fueron detenidas acusadas del robo de un brazalete bañado en oro de más de 3.000 años de antigüedad que desapareció de manera misteriosa en el Museo Egipcio de El Cairo.
Según detalló el Ministerio del Interior, una de ellas es la restauradora de la galería, quien había recibido la reliquia y posteriormente la vendió por una suma de 7.755 dólares, a un joyero que fundió la joya con otras piezas.
La acusada sustrajo la reliquia de una caja fuerte de hierro del laboratorio de restauración del museo el pasado 9 de septiembre. La desaparición de la misma fue advertida por un restaurador donde estaba siendo preparado para el traslado. La entidad explicó que retrasó deliberadamente el anuncio sobre la desaparición del brazalete para no comprometer la investigación en curso.
De acuerdo a las investigaciones llevadas a cabo por la Policía y la Fiscalía, la restauradora contactó con un comerciante conocido, propietario de una platería en el barrio de Sayeda Zeinab de El Cairo, quien lo vendió al dueño de un taller de oro en la misma zona. “Este último vendió el brazalete a un fundidor de oro por 194.000 libras egipcias (4.023 dólares, unos 3.400 euros), quien lo fundió con otras joyas para reconstituirlo”, agregó el comunicado del Interior.
Tras los procedimientos correspondientes, cuatro personas fueron detenidas y confesaron el delito y se les incautó el dinero de la venta del brazalete y se emprendieron acciones legales contra ellas.
Según se informó tras la desaparición, el brazalete, de oro incrustado con una cuenta esférica de lapislázuli, es una de las joyas del faraón Amenemope, uno de los grandes monarcas del Imperio Medio, que gobernó aproximadamente entre los años 993 y 984 a.C.
El brazalete formaba parte de una colección destinados a ser transportados a Italia para la exposición Tesoros de los faraones en un museo de Roma, que debía exhibirse junto a otros valiosos objetos del antiguo Egipto. Sin embargo, el robo de este tesoro arruinó los preparativos para el evento.
El egiptólogo Jean Guillaume Olette-Pelletier, que trabajó en Tanis, explicó a la agencia de noticias AFP que “no es el objeto más bello, pero científicamente es uno de los más interesantes”.
En esa misma línea, el experto explicó que la reliquia, de diseño sencillo, estaba hecho con una aleación de oro especialmente resistente. En la simbología egipcia, el oro representaba la “carne de los dioses”, mientras que el lapislázuli, traído desde lo que hoy es Afganistán, evocaba el cabello divino.