Una situación insólita ocurrió en Francia, cuando dos activistas de Greenpeace fueron fotografiados cargando una estatua de cera de Emmanuel Macron en la calle. La agrupación colocó la réplica frente a la embajada de Rusia en denuncia que el país continúa comprando gas natural a Moscú a pesar de las sanciones por la guerra en Ucrania.
En redes sociales se viralizaron imágenes y videos donde miembros de Greenpeace salían del museo de Grévin, en Francia, cargando al presidente del país en sus brazos. Según las autoridades, dos mujeres y un hombre, ingresaron al edificio haciéndose pasar por turistas, una vez dentro se cambiaron de ropa para aparentar ser trabajadores del lugar.
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De esta manera lograron burlar a la seguridad del museo y sacar la estatua, valuada en 40 mil euros, por una salida de emergencia cubriéndola con una manta. Después la llevaron a la embajada de Rusia en Francia, donde la colocaron junto a unos carteles, en reclamo de que el país continúa comprando gas y fertilizantes a Moscú, a pesar de apoyar a Ucrania.
"Para nosotros, Francia juega un doble juego", expresó el director de Greenpeace, Jean-François Julliard, y remarcó que Macron "debería ser el primero" en dejar de comercializar con Rusia, ya que el país fue uno de los primeros en apoyar a Ucrania desde que empezó el conflicto en 2022.