Viajar a Mendoza: el maravilloso sitio donde el agua es celeste

Formaciones rocosas, espejos de agua turquesa y deportes extremos convierten a esta ciudad en un destino clave para el verano 2025.

En el suroeste de Argentina, enclavado en un entorno de sierras y ríos, existe un rincón donde el paisaje parece esculpido por el tiempo y el agua. San Rafael, una de las ciudades más emblemáticas de Mendoza, se consolida como uno de los puntos más atractivos para quienes buscan experiencias ligadas a la naturaleza. Durante los meses de verano, este destino ofrece una combinación de descanso, deporte y paisajes impactantes.

A diferencia de otros destinos turísticos masivos, esta zona ofrece una mezcla singular de riqueza geológica, energía natural y tranquilidad. El caudal del río Atuel es el verdadero protagonista del escenario, rodeado de paredes rocosas que cambian de color según la luz del día. La zona mantiene su magnetismo gracias a una infraestructura que, sin alterar el entorno, permite a los visitantes acceder a recorridos, actividades acuáticas y espacios para el relax.

Recién en el tercer tramo del recorrido surge el nombre del atractivo que congrega a miles de visitantes: el Cañón del Atuel. Esta formación natural, con más de 50 kilómetros de extensión, es reconocida por su particular relieve y por la coloración celeste de sus aguas, efecto del fondo rocoso y los minerales que arrastra el río. Se trata de un escenario que combina lo escénico con lo funcional: allí se genera parte de la energía que abastece a la provincia.

Cañón del Atuel, San Rafael, Mendoza
Cañón del Atuel, San Rafael, Mendoza

Cañón del Atuel, San Rafael, Mendoza

Dónde queda el Cañón del Atuel

Ubicado a poco más de 40 kilómetros de la ciudad de San Rafael, en la provincia de Mendoza, el Cañón del Atuel se extiende a lo largo de 56 kilómetros entre las localidades de El Nihuil y Valle Grande. La zona se caracteriza por su relieve quebrado y por las múltiples formaciones rocosas moldeadas durante millones de años por la erosión del viento y el agua.

Entre sus paredes se observan figuras singulares a las que se les han asignado nombres como El Búho, El Submarino o La Torta de Hojaldre, por sus similitudes con formas reconocibles. Además de su belleza paisajística, el área tiene una importancia estratégica para la generación de energía, gracias a la presencia de embalses y centrales hidroeléctricas.

El contraste entre el color turquesa del río y el rojo intenso de las paredes rocosas le otorgan al lugar un aspecto cinematográfico. Aunque no se trata de un balneario tradicional, el agua calma y cristalina permite zambullidas y actividades acuáticas con una vista inigualable.

Qué puedo hacer en el Cañón del Atuel

La oferta de actividades en el Cañón del Atuel es tan amplia como su paisaje. Desde el recorrido escénico en vehículo hasta el descenso en balsas por rápidos de distintos niveles, el lugar es ideal tanto para aventureros como para quienes prefieren simplemente contemplar. En el trayecto se encuentran cuatro embalses principales: El Nihuil, Aisol, Tierras Blancas y Valle Grande, todos interconectados para el control del caudal y la producción eléctrica.

Una de las experiencias más valoradas es visitar las centrales hidroeléctricas del recorrido. Muchas de ellas ofrecen paseos guiados donde se explican los procesos de generación energética a partir del flujo del Atuel. En Valle Grande, por ejemplo, se puede observar el embalse desde un mirador ubicado sobre un murallón de 115 metros de altura.

También hay opciones para pasar el día con comodidades: áreas de camping, parrillas, playas de río y puntos panorámicos. En el ámbito deportivo, se destacan el rafting, el kayak, el canotaje y el pentatlón, que incluye disciplinas como windsurf, enduro, ciclismo y escalada. Los circuitos acuáticos del Cañón están clasificados entre clase II y clase IV según la escala internacional de dificultad.

Cañon de Atuel.jpg

Cómo llegar al Cañón del Atuel

Para quienes parten desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el trayecto en auto hacia San Rafael toma alrededor de 14 horas, siguiendo la Ruta Nacional 188. Otra alternativa es volar hasta la capital mendocina y desde allí tomar un micro o vehículo particular hasta el sur de la provincia.

San Rafael cuenta con una terminal de ómnibus con conexiones regulares y un aeropuerto regional, que recibe vuelos desde distintos puntos del país. Desde el centro de la ciudad, el camino hacia el Cañón es directo y está bien señalizado, lo que permite una llegada sencilla incluso para quienes lo visitan por primera vez.

Ya sea en vehículo propio o por medio de excursiones organizadas, el acceso al Cañón del Atuel es relativamente fácil y accesible, lo cual potencia su atractivo como destino de verano. La experiencia de recorrerlo, ya sea por tierra o agua, ofrece una perspectiva diferente de la Mendoza tradicional, donde la fuerza del agua es tan protagonista como el vino o la montaña.

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