Viajar a Brasil: el destino maravilloso donde se pueden ver ballenas en julio

En un rincón apartado del sur brasileño, la naturaleza exuberante y un ambiente relajado hacen de este balneario un sitio ideal para el invierno.

En el sur de Brasil, cuando el invierno avanza sobre el calendario, los paisajes costeros ganan protagonismo. En esta época, ciertas playas dejan de ser territorio exclusivo del verano para transformarse en puntos de observación privilegiados de la fauna marina. A lo largo del litoral atlántico, uno de los fenómenos más asombrosos es el avistamiento de ballenas francas australes, que cada año se acercan a estas aguas templadas para cumplir su ciclo reproductivo.

Entre montañas, dunas y lagunas de agua dulce, el estado de Santa Catarina emerge como un destino atractivo también fuera de temporada. Con una fuerte impronta ambientalista y una oferta turística que privilegia la tranquilidad y el contacto directo con la biodiversidad, este rincón del país ha sabido equilibrar desarrollo y conservación, ganándose un lugar en el mapa de quienes priorizan las experiencias auténticas.

Recién en el corazón de esta región aparece Praia do Rosa, una bahía reconocida a nivel internacional por su forma de medialuna y sus paisajes aún intactos. Este enclave costero ofrece mucho más que playa: es un punto de encuentro para surfistas, senderistas, familias y viajeros que buscan naturaleza, buen gusto y cierta dosis de aventura.

Praia do Rosa

Dónde queda Praia do Rosa

Ubicada dentro del municipio de Imbituba, Praia do Rosa forma parte del sur del estado de Santa Catarina. La distancia con Florianópolis, la capital estatal, es de unos 90 kilómetros hacia el sur, mientras que Porto Alegre se encuentra a casi 400 kilómetros al suroeste. El acceso se da a través de la BR-101, uno de los principales corredores viales del país.

El entorno natural en el que se inserta Praia do Rosa se distingue por una rica diversidad biológica, producto de la confluencia entre ecosistemas marinos, lagunares y montañosos. La geografía del lugar está marcada por una laguna central y un trazado urbano que evita el impacto directo sobre la costa, lo que contribuye a preservar su carácter silvestre sin renunciar a servicios esenciales.

A diferencia de otros balnearios con desarrollo intensivo, aquí la propuesta es más sutil. El sector comercial y gastronómico se organiza a lo largo de calles internas, mientras que la playa permanece como un espacio abierto y libre de grandes estructuras. Esta separación deliberada entre infraestructura y paisaje natural es una de las claves de su encanto.

Qué puedo hacer en Praia do Rosa

La agenda en Praia do Rosa varía según la estación, pero incluso en los meses fríos —de julio a octubre— hay experiencias singulares que la posicionan como un destino inusual para el invierno. Entre las más destacadas:

  • Avistamiento de ballenas francas australes, un fenómeno natural que ocurre cada año cuando estos gigantes marinos migran desde la Antártida hasta las aguas cálidas del sur de Brasil.

  • Disfrutar de sus dos playas principales: Rosa Norte, frecuentada por surfistas debido a sus olas constantes, y Rosa Sur, ideal para descansar, con opciones de gastronomía y bares.

  • Senderismo hacia playas vírgenes, como Praia Vermelha —accesible a pie tras una caminata de poco más de un kilómetro— o Praia do Luz, desde donde se obtienen vistas panorámicas de la laguna de Ibiraquera.

  • Deportes acuáticos en las lagunas vecinas, especialmente en la Lagoa do Meio, donde es común ver a visitantes practicando kayak o stand up paddle en aguas tranquilas.

  • Explorar piletas naturales formadas por las rocas, perfectas para un baño relajado si las condiciones del mar lo permiten.

  • Participar en actividades de conservación con el Instituto Australis, que trabaja en el estudio y protección de las ballenas que visitan la zona cada invierno.

Además, al caer la tarde, el núcleo del pueblo cobra vida con propuestas gastronómicas que mezclan sabores regionales con vinos locales, en un ambiente relajado donde lo chic y lo rústico conviven sin contradicciones.

Praia do Rosa

Cómo llegar a Praia do Rosa

La vía más conveniente para quienes llegan desde otras regiones es volar al aeropuerto internacional de Florianópolis (FLN). Desde allí, el trayecto por carretera hasta Praia do Rosa toma aproximadamente dos horas. La opción más cómoda es alquilar un vehículo, lo que permite explorar con libertad tanto el destino como las playas cercanas.

También existen alternativas en transporte público: algunos micros conectan el aeropuerto con la ciudad de Garopaba, y desde allí es posible tomar servicios locales hacia Praia do Rosa. Sin embargo, se recomienda tener en cuenta que la frecuencia de estos servicios es limitada y puede dificultar los traslados fuera de temporada alta.

Para quienes eligen viajar en auto propio, el acceso se realiza por la ruta BR-101, con desvíos señalizados hacia la zona costera. Desde el sur, lo habitual es empalmar en Imbituba; desde el norte, hacerlo en Garopaba. Hay dos accesos posibles: uno más corto pero con tramos de ripio, y otro más largo por la ruta 434, asfaltado y en mejores condiciones.

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