En más de una ocasión, los hogares se enfrentan al molesto problema de un inodoro atascado. La reacción más común suele ser accionar varias veces la cadena o improvisar con lo primero que se tiene a mano, lo que a menudo complica aún más la situación o no ofrece resultados. Aunque la frustración parece inevitable, la realidad es que desatascar un inodoro puede ser mucho más sencillo de lo que se cree si se aplican las técnicas adecuadas.
Existen distintos métodos caseros y eficaces que permiten resolver este inconveniente sin recurrir inmediatamente a un plomero. Estas soluciones se apoyan en el uso de herramientas simples y productos que suelen estar al alcance en la mayoría de los hogares. Entre los recursos más conocidos y efectivos se encuentran la ventosa tradicional, el agua caliente y hasta métodos creativos como el uso de papel film o cinta adhesiva para generar un efecto de succión.
También resulta posible aprovechar las propiedades químicas de productos cotidianos que ayudan a disolver el atasco. Algunas de las opciones más efectivas incluyen el empleo de desatascadores líquidos disponibles en el mercado, así como remedios caseros basados en bicarbonato de sodio combinado con otros líquidos. Incluso artículos inesperados, como una bebida cola o una percha enderezada, pueden convertirse en aliados útiles para resolver el problema de manera práctica.
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Para emplearlo de forma correcta, es importante que la copa de goma cubra totalmente el desagüe, creando un sello hermético.
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Qué hacer si se te tapó el inodoro
Que el inodoro se atasque representa una de las situaciones domésticas más molestas y comunes. La reacción habitual suele ser accionar varias veces la cadena, aunque esto casi nunca resuelve el problema y puede provocar que el agua se desborde. En lugar de insistir, conviene mantener la calma y detenerse antes de empeorar la situación. Lo positivo es que, en la mayoría de los casos, este inconveniente puede solucionarse sin necesidad de llamar de inmediato a un plomero, utilizando recursos disponibles en el hogar.
El desatascador o ventosa constituye la herramienta más práctica y confiable. Para emplearlo de forma correcta, es importante que la copa de goma cubra totalmente el desagüe, creando un sello hermético. Luego, deben realizarse movimientos de empuje y tracción enérgicos sin perder la succión. Esta acción genera presión en ambas direcciones y ayuda a desplazar el atasco. Si el agua comienza a descender, conviene repetir el procedimiento una vez más para asegurar un resultado completo.
En caso de no contar con un desatascador, el agua caliente ofrece una alternativa útil. Lo recomendable es calentar una olla grande de agua, sin dejar que hierva del todo, y verterla en el inodoro desde cierta altura. El calor contribuye a ablandar los residuos, mientras que la caída imprime fuerza adicional. Es preferible que la taza contenga algo de agua para que el efecto sea más efectivo. Después de unos minutos, es posible que el atasco se libere.
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Es preferible que la taza contenga algo de agua para que el efecto sea más efectivo.
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Otra técnica eficaz consiste en aprovechar la reacción del bicarbonato de sodio y el vinagre. Primero se debe verter una taza de bicarbonato en la taza del inodoro, seguida de dos tazas de vinagre blanco. Esta mezcla genera una efervescencia que ayuda a descomponer los residuos. Lo ideal es dejar actuar la preparación al menos media hora, o incluso toda la noche si la obstrucción es severa. Luego se debe probar con la cadena o con agua caliente para confirmar si el paso quedó libre.
Cuando no se dispone de herramientas, el papel film o la cinta adhesiva ofrecen una solución creativa. El procedimiento consiste en cubrir por completo la taza con varias capas, asegurándose de que quede bien sellada. Al accionar la cadena, la presión del aire inflará el plástico, y al presionar hacia abajo se genera un efecto de succión que empuja el bloqueo. Este método puede resultar tan eficiente como una ventosa convencional.
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El desatascador o ventosa constituye la herramienta más práctica y confiable.
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Si la obstrucción proviene de un objeto sólido, una percha de alambre enderezada puede resultar de gran ayuda. La idea es cubrir la punta con un paño o cinta para no dañar la cerámica, introducirla con cuidado en el desagüe y moverla hasta enganchar o desplazar lo que obstaculiza. Al sentir que el objeto cede, se retira el alambre y se prueba la descarga del agua. Es un recurso sencillo que funciona bien con bloqueos cercanos.
Por último, los desatascadores químicos comerciales representan una opción más agresiva. Estos productos contienen compuestos potentes capaces de disolver residuos orgánicos, aunque su uso requiere precauciones como guantes y ventilación adecuada. Solo se recomienda emplearlos siguiendo las indicaciones del fabricante y cuando los métodos anteriores no hayan dado resultado. Si la obstrucción persiste, lo más conveniente será acudir a un profesional para evitar daños mayores en las tuberías.