En un mundo laboral cada vez más exigente, la manera en que se organiza el tiempo de trabajo tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de las personas. Muchos se preguntan si es más efectivo concentrarse intensamente durante varias horas seguidas o si, por el contrario, conviene hacer pausas frecuentes a lo largo de la jornada.
Este debate cobra especial relevancia en contextos donde el teletrabajo o las rutinas prolongadas frente a pantallas se han vuelto moneda corriente. Diversos estudios en salud ocupacional han intentado arrojar luz sobre esta cuestión, con recomendaciones que apuntan a mejorar no solo el rendimiento profesional, sino también la calidad de vida general.
Qué es mejor, trabajar todo el día de corrido o con pausas
Alarma de teléfono
El celular se convirtió en un elemento omnipresente en nuestra vida diaria, siendo esencial tanto para la comunicación como para el entretenimiento y el trabajo.
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El descanso durante la jornada laboral es una pausa obligatoria cuando el tiempo de trabajo diario supera las seis horas. Aunque el Estatuto de los Trabajadores no especifica una forma concreta para tomar este descanso, su objetivo es claro: ofrecer al empleado un momento para reponer energías, comer algo, relajarse o simplemente desconectarse brevemente de sus tareas.
Estas pausas son fundamentales para evitar la fatiga física y mental que genera una carga laboral continua. Saltarse este tiempo de descanso puede afectar negativamente la productividad. Por el contrario, realizar una pausa ayuda a que los trabajadores retomen sus actividades con mayor concentración y eficiencia.
Además, descansar durante la jornada laboral favorece el bienestar emocional y mejora el estado de ánimo. También puede impulsar la creatividad y fortalecer la motivación, lo que, en última instancia, contribuye a un mejor desempeño general dentro de la organización.