Lo que parecía una simple molestia terminó cambiando la vida de una mujer en Estados Unidos. Un dolor persistente en el hombro derecho, que ella atribuía a su postura o a la forma en la que dormía, resultó ser el primer aviso de una enfermedad grave. Con el paso del tiempo, los síntomas se hicieron cada vez más fuertes y los estudios médicos dieron a conocer un diagnóstico preocupante.
Cada año, miles de personas confunden señales tempranas de problemas de salud graves con molestias musculares o contracturas comunes. Los especialistas recuerdan que, cuando el dolor no cede con tratamientos básicos, es necesario profundizar en el diagnóstico para descartar problemas de fondo. En este caso, la persistencia de la paciente fue clave para descubrir lo que realmente estaba ocurriendo en su organismo.
El recorrido médico de esta mujer estuvo marcado por diagnósticos iniciales poco claros, consultas a distintos profesionales y estudios cada vez más específicos. Lo que al principio parecía un inconveniente leve terminó confirmando la presencia de una enfermedad avanzada que puso en riesgo su vida.
Qué descubrió la mujer que tenía un dolor de hombro y el médico reveló lo peor
La protagonista de esta historia es Reyna Savage, una mujer de 35 años de Florida. Según relató en la revista estadounidense Newsweek, todo comenzó en 2023 con una molestia en el hombro derecho que incluso generaba un ruido al moverlo. Al principio creyó que se trataba de una consecuencia de dormir mal o mantener malas posturas, pero con el paso de las semanas el dolor se extendió hacia el omóplato y el cuello, sobre todo durante la noche.
Buscando alivio, decidió visitar a un médico, quien le sugirió que podría tratarse de un problema en el manguito rotador y la derivó a fisioterapia. Pese a eso, el dolor no cedió y se volvió cada vez más intenso, alcanzando incluso la zona media de la espalda. Esto la llevó a consultar a un neurólogo, que ordenó una resonancia magnética. Fue entonces cuando se pudo ver que en su pulmón derecho había un bulto anormal.
Reyna Savage
@savagelatinalungs.
Los estudios posteriores confirmaron que se trataba de un cáncer de pulmón no microcítico en estadio IV, con metástasis en huesos, glándula suprarrenal y ganglios linfáticos. Pese a no tener antecedentes familiares ni historial de tabaquismo, la enfermedad ya se había propagado en varias partes de su cuerpo.
El impacto emocional fue muy fuerte, pero Reyna decidió iniciar un tratamiento con quimioterapia y un medicamento específico, osimertinib, que se utiliza en pacientes con mutaciones del gen EGFR. A pesar del dolor y los efectos secundarios, continuó con el proceso médico, incluyendo una pleurodesis para drenar líquido de su pulmón derecho.
Contra todo pronóstico, el 27 de diciembre de 2024 recibió la noticia, gracias a una tomografía, de que ya no había señales de cáncer en su cuerpo. Hoy comparte su experiencia en redes sociales, donde brinda apoyo a quienes atraviesan situaciones similares y promueve la importancia de escuchar al propio cuerpo. “Me siento más fuerte que nunca, aprendí a priorizar mi salud y a proteger mi paz”, reflexionó.