Cada vez son más las personas que sufren estos fuertes dolores de cabeza insostenibles. Paralelamente, también hay varios avances en cuanto al tratamiento de la migraña, con la aparición de nuevos fármacos. Sin embargo, no se debe olvidar que el abordaje no farmacológico tiene también gran importancia en el manejo de este malestar.
Los principales factores desencadenantes de una migraña son el estrés, el ayuno, los cambios atmosféricos, el sueño (tanto por defecto como por exceso) y los cambios hormonales. Para lo cual se debe de estar preparado.
También se ha demostrado que determinados alimentos pueden favorecer las crisis de migraña: como el chocolate, queso, alcohol, abuso o abstinencia de cafeína, comidas ricas en nitritos o en glutamato sódico. Obviamente no se puede actuar sobre alguno de estos factores, pero sí se debe insistir en intentar adoptar ciertos hábitos como realizar ejercicio físico.
Ejercicios físicos para la migraña
Son varios los estudios que han demostrado el beneficio que el ejercicio físico aporta a los pacientes con migraña, disminuyendo tanto la frecuencia como la duración y la intensidad de las crisis. Se habla claramente de la realización de ejercicio físico fuera de los ataques de migraña, ya que durante estos la actividad física y los movimientos empeoran el dolor.
Además, se observó que los pacientes que tomaban un tratamiento preventivo para la migraña y además realizaban ejercicio físico, obtenían una mejor respuesta que los pacientes que tomaban ese mismo tratamiento preventivo, pero no realizaban ejercicio físico regular.
Todos los tipos de ejercicio han demostrado beneficio sobre la migraña comparándose con placebo. Tradicionalmente se ha recomendado a los pacientes con migraña ejercicios aeróbicos (correr, nadar, andar en bicicleta), aunque estudios recientes han demostrado también claro beneficio en los entrenamientos de fuerza y resistencia muscular, sobre todo centrado en los músculos del cuello, los hombros y los brazos.
El aumento de masa muscular se ha relacionado con una reducción en frecuencia de las crisis de migraña, así como una reducción del fenómeno de sensibilización central que ocurre en los síndromes de dolor crónico.
También se ha demostrado que el ejercicio de alta intensidad, aporta mejores resultados en el control de las migrañas frente al ejercicio de intensidad moderada. Esto podría explicarse por el tipo de moléculas endógenas que se segregan con el ejercicio en función de su intensidad; estudios han demostrado que la secreción de endorfinas y la acción de los opioides endógenos es mayor cuando se realiza ejercicio de intensidad elevada.
Es importante destacar que hay personas que padecen migraña a causa del ejercicio. Para lo cual hay que evitar que la actividad física sea extenuante, no realizarla en lugares con temperatura demasiado elevada y mantener una adecuada hidratación. En este caso se recomendaría la realización de ejercicio de bajo impacto, como podría ser el yoga o pilates que además incluyen técnicas de relajación.