Crujirse los dedos o hacer sonar distintas partes del cuerpo es un gesto tan cotidiano como polémico. Mientras algunos lo ven como una simple costumbre inofensiva, otros creen que detrás puede esconderse un indicador de algo más profundo. La psicología lleva tiempo observando esta práctica, buscando comprender qué impacto tiene en la vida diaria.
La ciencia se ha ocupado de investigar por qué tantas personas repiten este gesto con tanta frecuencia. Recientemente, se dio a conocer una nueva interpretación que arroja nueva luz sobre este gesto y que va más allá de lo que muchos pensaban. ¿Qué significa realmente “sonar” los huesos?
Qué significa que "suenen" tus huesos según la psicología
-Persona sonándose huesos
Crujirse los nudillos es una de esas costumbres que divide opiniones: para algunos es un acto automático casi placentero, mientras que para otros el simple sonido resulta insoportable.
Los especialistas coinciden en que puede ser una forma de liberar tensión, reducir el estrés o simplemente una manera de estimular los sentidos. En ese sentido, se lo compara con hábitos cotidianos como morderse las uñas o mover la pierna sin parar, gestos que parecen inofensivos, pero que suelen reflejar un trasfondo de nerviosismo o ansiedad acumulada.
Además, los expertos aprovechan para desmentir un mito que circula desde hace décadas: crujirse los nudillos no provoca artritis. Aun así, advierten que, como cualquier hábito, si se vuelve excesivo o está acompañado de dolor, hinchazón o limitación en el movimiento, es recomendable prestar atención y consultar con un profesional.