¿Hacen bien a la salud? Qué es mejor, comer frutas o verduras cocinadas o en un batido

Muchas personas eligen licuar sus comidas. Pero ¿es realmente la mejor opción para el organismo?

Consumir alimentos en forma de batido es una costumbre en auge, especialmente entre quienes buscan una alimentación más natural y práctica. Pese a eso, la forma en que se preparan estos ingredientes puede tener un mayor impacto en la nutrición y la salud. En este contexto, surge el interrogante sobre si es mejor licuar frutas y verduras o consumirlas cocidas o en su estado natural.

Algunos especialistas respaldan el uso de batidos como una herramienta útil para sumar vegetales y frutas a la dieta diaria, sobre todo en personas con bajos niveles de ingesta. No obstante, hay advertencias sobre los efectos de este procedimiento en el cuerpo, ya que se alteran las fibras y se potencia la absorción de azúcares, algo que podría tener consecuencias negativas a largo plazo.

Por eso, más allá de las preferencias personales o la practicidad, es muy importante conocer los beneficios y riesgos asociados a cada forma de consumo para tomar decisiones más saludables.

BATIDO FRUTILLAS

Qué es mejor para la salud: verduras o frutas en batido o cocinadas

La preparación de frutas y verduras influye de forma directa en cómo el cuerpo asimila sus nutrientes. Cuando se trata de batidos, muchos nutricionistas destacan su capacidad para facilitar la incorporación de vegetales en personas que no suelen consumirlos, especialmente en el desayuno. Por ejemplo, investigaciones mostraron que la oferta de smoothies en escuelas multiplicó la ingesta de fruta en los niños, lo que representa un avance positivo respecto a no consumirlas en absoluto.

Aún así, hay que tener en cuenta que las frutas, al ser ricas en azúcares naturales, pueden elevar el contenido calórico del batido rápidamente, en especial si no se combinan con proteínas o verduras. Por ese motivo, se aconseja una proporción de 70% de vegetales y 30% de frutas, e inclinarse por frutas de bajo índice glucémico como la manzana o la pera.

Uno de los puntos débiles de los batidos es su baja capacidad para generar saciedad. Al estar en forma líquida, el cuerpo no los registra igual que a los sólidos, lo que puede llevar a consumir más calorías sin darse cuenta. Es más, un estudio reveló que ingerir alimentos en forma de bebida conllevaba un 12% más de consumo calórico total que hacerlo en su formato tradicional.

FRUTAS TROPICALES

Además, otro aspecto a tener en cuenta es la pérdida de fibra insoluble al procesar estos alimentos. Esa fibra, fundamental para el funcionamiento intestinal, se ve alterada, lo que acelera la absorción del azúcar y sobrecarga al hígado. Esta situación podría derivar en acumulación de grasa hepática y problemas metabólicos si se sostiene en el tiempo.

El panorama cambia cuando se trata de verduras licuadas. Aunque también pierden parte de su estructura, especialistas coinciden en que, si es la única forma en que se consumen, sigue siendo preferible a no ingerirlas en absoluto. De esta manera, mientras que las frutas enteras o cocidas conservan mejor sus propiedades y evitan excesos de azúcar, los batidos de vegetales pueden ser un recurso útil si se los elabora sin agregar endulzantes ni jugos industriales.