A pesar de que hay muchos gatos que son hogareños y aman hacer travesuras dentro de casa, muchos de ellos se diferencian a sangre de los perros por su espíritu aventurero.
Si bien hay muchos gatos que aman la comodidad del hogar, muchos de ellos se hicieron famosos por sus aventuras. Cruzaron mares enteros para recorrer el mundo: conocelos.
A pesar de que hay muchos gatos que son hogareños y aman hacer travesuras dentro de casa, muchos de ellos se diferencian a sangre de los perros por su espíritu aventurero.
Uno de los grandes ejemplos son los gatos navegantes. Desde hace siglos, los marineros sabían que no se podía arrancar ningún viaje sin un gato a bordo porque eran la mejor defensa contra las ratas que se subían a las embarcaciones y devoraban las provisiones de la tripulación. Además, los roedores dañaban mucho las cuerdas y eso podía traer serios problemas para navegar.
Egipcios, fenicios, vikingos... las civilizaciones más antiguas y famosas del mundo elegían llevar gatos en sus viajes no solo por cuestiones de utilidad, sino que también lo hacían por superstición. Se creía en aquel entonces que los gatos traían suerte y brindaban protección contra las tormentas. Un gato feliz a bordo era señal de un viaje próspero.
Un caso conocido a nivel mundial es el de Simón, el gato del HMS Amethyst, en 1949. En una misión en China, el gato resultó herido por una metralla, pero eso no lo desvió de su misión principal, levantar el ánimo a los tripulantes y también cuidar la nave de las ratas.