En el perfil del del millonario Daniel Snyder sobresalen sus malas formas, toxicidad, delitos de abuso sexual y bullyng durante su dirección y de cultivar seis aspiraciones a playoffs en 24 años.
El controversial empresario logró consolidar una fortuna valuada en miles de millones de dólares gracias a su carrera en publicidad.
En el perfil del del millonario Daniel Snyder sobresalen sus malas formas, toxicidad, delitos de abuso sexual y bullyng durante su dirección y de cultivar seis aspiraciones a playoffs en 24 años.
Snyder se convirtió en el CEO más joven de una corporación en cotizar en la Bolsa de Nueva York al autorizar una oferta publica en 1996, a sus 32 años. Sus principales inversores fueron los poderosos de los medios de comunicación: Barry Diller y Robert Strauss. Ambos adquirieron una jugosa participación de la compañía, que luego adquirirían un costo de 500 millones de dólares. Este salto financiero de Snyder le permitió invertir en el equipo de la NFL en 1999.
Las investigaciones sobre su pésimo e ilegal accionar salieron a la luz tras la venta del equipo de futbol americano a Josh Harris por 6.050 millones de dólares en 2023.
La vida del multimillonario estuvo vinculada tanto a Estados Unidos como a Londres en diferentes puntos de su desarrollo, con muchas mudanzas en su niñez y adolescencia. Tras concluir la escuela secundaria en la ciudad norteamericana de Rockville, Snyder comenzó a trabajar en una librería. Luego creó un emprendimiento con la venta de viajes para que los estudiantes universitarios vacacionaran en Fort Lauderdale y el Caribe. Allí el empresario dice haber ganado su primer millón de dólares.
En 1989 se unió a su hermana para fundar Snyder Communications, una firma de publicidad, financiada por el dinero de su padre, en la cual gestaron un publico objetivo mayoritariamente en los consultorios y colegios médicos. Además de que fusionaron sus anuncios con la entrega de muestras de productos para distinguirse de la competencia. Posteriormente crecieron en el telemarketing alcanzando ingresos de 9 millones de dólares en 1993.
Considerado como uno de los peores dueños de formaciones deportivas a pesar de adueñarse del Commanders de Washington por 800 millones de dólares, el empresario fue multado por la NFL con una sanción de 60 millones de dólares por hostigamiento sexual a una de sus empleadas y por retener 11 millones de dólares pertenecientes a otros equipos.
El éxito en el marketing fue totalmente opuesto a su mal manejo profesional como administrador deportivo. Sus publicidades en el mercado le permitieron reunir un patrimonio de 4.400 millones de dólares según la revista Forbes.