El auge del skincarese nota en el consumo de productos especializados, como así también en un fuerte cambio de percepción, ya que lo que antes era una rutina mecánica ahora se vive como un momento personal para reconectar con uno mismo. Esta transformación se ve reflejada en la popularidad de marcas, ingredientes activos y rituales que ocupan cada vez más espacio en redes sociales y conversaciones cotidianas.
El fenómeno creció con fuerza tras la pandemia, cuando la atención al bienestar físico y emocional ganó terreno. Según datos de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), las categorías vinculadas al cuidado del rostro, hidratación corporal y protección solar lideraron el crecimiento en 2024, con un incremento del 7,4 % respecto al año anterior. Se trata de un cambio cultural impulsado por consumidores más informados, interesados en buenos productos y experiencias sensoriales.
Hoy en día, el autocuidado con cremas, sérums o mascarillas se convirtió en un acto consciente, influenciado por generaciones jóvenes que buscan longevidad y prevención, y por adultos que adoptaron rutinas más largas y elaboradas. Desde el diseño de las texturas hasta la elección de ingredientes como péptidos, retinol o ácido hialurónico, el skincare se convirtió en una herramienta para expresarse, priorizarse y disfrutar del proceso.
Cómo aplicar correctamente el skincare y cuidar tu piel
La clave para una buena rutina de skincare está en la constancia y en entender qué necesita cada tipo de piel. Para muchos, ya no se trata solo de hidratar con una crema básica, sino de integrar una serie de pasos que pueden incluir limpieza, tonificación, tratamiento específico, hidratación y protección solar. Este enfoque más completo responde a un consumidor cada vez más exigente, que busca resultados visibles y productos respaldados por evidencia científica.
Uno de los pilares del éxito actual del skincare es la experiencia sensorial. La textura, el aroma y la forma en la que se aplica un producto influyen tanto como sus beneficios dermatológicos. Desde marcas de lujo como Guerlain hasta propuestas más accesibles como L’Oréal Paris, el mercado se orienta hacia soluciones con alta eficacia pero también placenteras de usar. De hecho, la personalización juega un rol central, ya que hoy se eligen productos por activos como colágeno o ácido hialurónico, más allá de la edad o el género del usuario.
El boom también tiene su contracara. Especialistas advierten sobre el uso indiscriminado de productos en edades tempranas o sin supervisión adecuada, lo que puede generar efectos adversos. Además, la presión por imitar modelos estéticos en redes sociales llevó a una demanda creciente por transformaciones inmediatas, a veces inalcanzables. Más allá de eso, el enfoque es claro, el cual busca promover el uso del skincare con conciencia y como forma de autocuidado emocional.