Arrancar el día con una taza de café es casi un ritual sagrado para millones de argentinos. El aroma, el calor y ese empujón de energía hacen que sea el acompañante perfecto de la primera hora de la mañana. Pero hay un truco poco conocido que podría potenciar aún más este hábito tan cotidiano.
Cada vez más expertos en nutrición y neurología sugieren sumar jengibre al café del desayuno. Esta raíz, usada desde hace siglos en la medicina tradicional asiática, no solo aporta un toque picante y distintivo, sino que también podría mejorar la memoria, la concentración y el estado de ánimo.
Ahora bien, no se trata de una receta milagrosa ni de una moda pasajera. Los beneficios que se le atribuyen al jengibre tienen respaldo científico, aunque, como remarcan los especialistas, los efectos pueden variar de persona en persona y no reemplazan una alimentación equilibrada ni hábitos saludables.
Por qué recomiendan tomar café con jengibre a la mañana
El neurólogo Brandon Crawford, en una entrevista con el medio She Finds, explicó que la combinación de café y jengibre puede favorecer la función cerebral. El café ya es conocido por estimular el sistema nervioso y mejorar el estado de alerta, pero al sumarle esta especia se incorporan propiedades antiinflamatorias que ayudan a combatir el estrés oxidativo, un proceso vinculado al deterioro cognitivo.
En otras palabras, mientras la cafeína “enciende los motores”, el jengibre colabora en mantenerlos en buen estado. Esto se traduce en mayor claridad mental y una concentración más sostenida, algo especialmente útil para quienes necesitan estar atentos en reuniones, clases o tareas que requieren memoria activa.
El jengibre también interviene en la regulación de neurotransmisores clave, lo que se refleja en una mente más ágil y una respuesta más rápida ante estímulos. Algunos estudios recopilados por la revista Healthline señalan que su consumo regular puede mejorar la memoria de trabajo y retrasar el deterioro asociado con el envejecimiento.
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Además de la parte cognitiva, quienes prueban esta mezcla suelen destacar que el jengibre aporta un golpe extra de energía “limpia”, distinta a la que da el café solo, porque no viene acompañada de la clásica sensación de nerviosismo o “bajón” posterior. Y como si fuera poco, ayuda a mejorar la digestión, lo que lo convierte en un aliado ideal para empezar el día sin pesadez.
Eso sí: conviene ir de a poco. Una pizca de jengibre en polvo o media cucharadita rallada en el café alcanza para notar sus efectos sin que el sabor se vuelva demasiado intenso. Incluso hay quienes lo combinan con un toque de miel o canela para suavizar el picor.