El plástico está en todas partes. En las botellas de agua, en las fibras sintéticas de la ropa, en los envases de los alimentos, en las partículas que flotan en el aire. Esto puede derivar en graves riesgos para la salud. Los investigadores han demostrado la relación entre algunas sustancias derivadas del uso del plástico con problemas de infertilidad, enfermedades cardiovasculares y patologías endocrinas. Lo que no sabíamos es que es capaz de alterar nuestro ADN hasta el punto de poder influir en nuestra descendencia.
En esta línea, aparece un nuevo estudio liderado por una reconocida científica de la Universidad de Harvard que afirma haber descubierto que un compuesto, muy común en los plásticos, puede romper el ADN, lo que da lugar a óvulos con un número incorrecto de cromosomas. En los seres humanos, este tipo de alteraciones son las responsables de un gran abanico de enfermedades genéticas en el embrión, como el síndrome de Down. Las alteraciones cromosómicas también son la causa más común de los abortos espontáneos y de los defectos en el crecimiento. Te contamos más detalles de esta investigación pionera a continuación.
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Cómo es el estudio de Harvard sobre la sustancia que afecta al ADN y a los óvulos
La nueva investigación, realizada en lombrices, es la primera en descubrir que este ingrediente común de los plásticos provoca roturas en las cadenas de ADN y causa anomalías cromosómicas en el óvulo que pueden ser determinantes para el desarrollo. La reputada Monica Colaiácovo, profesora del departamento de Genética de la Facultad de Medicina de Harvard y directora del laboratorio que lleva su apellido, dirigió el estudio, publicado en la revista PLOS Genetics.
El trabajo se centra en los efectos perjudiciales en el ADN del butilftalato de bencilo (BBP), una sustancia química que hace que el plástico sea más flexible y duradero. Este compuesto se encuentra en muchos productos de consumo, como envases de alimentos, productos de cuidado personal y juguetes infantiles.
Estudios anteriores han demostrado que el BBP interfiere con las hormonas del cuerpo, afecta a la reproducción y el desarrollo humanos. Sin embargo, los detalles de cómo influye a la reproducción no han quedado claros.
En el nuevo estudio, los investigadores probaron una serie de dosis de BBP en el gusano Caenorhabditis elegans y buscaron cambios anormales en los óvulos. Observaron que a niveles similares a los detectados en humanos, el BBP interfiere en la forma en que los cromosomas recién copiados se distribuyen en las células sexuales.
En concreto, el BBP provoca estrés oxidativo y roturas en las cadenas de ADN, lo que conduce a la muerte celular y a óvulos con un número incorrecto de cromosomas. Basándose en estos hallazgos, los investigadores proponen que la exposición al BBP altera la expresión génica de manera que causa daños significativos en el ADN, lo que en última instancia conduce a óvulos de menor calidad con cromosomas anormales.
Esto puede hacer que, en lugar de que cada padre aporte 23 cromosomas a un embarazo, la madre aporte demasiados o una cantidad insuficiente de éstos. Este tipo preñez pueden llegar a término, en cuyo caso puede nacer un niño con problemas de salud. También es posible que se produzca un aborto espontáneo o que el bebé nazca muerto, debido a la anomalía cromosómica.
La doctora Colaiácovo explica que el gusano Caenorhabditis elegans ha demostrado ser un organismo modelo útil para estudiar innumerables aspectos de la biología básica. Muchas de las anormalidades reproductivas causadas por la exposición a tóxicos ambientales observadas en estos insectos, también se observan en mamíferos, desde ratones hasta primates.
El estudio también demostró que el C. elegans metaboliza el BBP de la misma manera que los mamíferos, y se ve afectado a niveles de BBP similares a los que se dan en humanos, lo que sugiere que éste es un modelo eficaz para estudiar los impactos en las personas.
En general, el estudio subraya la naturaleza tóxica de este ingrediente plástico muy común y el daño que causa a la reproducción animal. Examinando la línea germinal femenina en el nematodo C. elegans, se descubrió que un nivel de exposición dentro del rango detectado en el suero y la orina humanos, altera la expresión génica vinculando el aumento del estrés oxidativo de la línea germinal con el compromiso de la integridad genómica y errores en la segregación cromosómica meiótica, concluyen sus autores.
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