Asegurar que el vino perfecto existe podría decirse que en realidad se trata de una opinión subjetiva ya que, según expertos, la bebida ideal no existe. En este sentido, aquellos vinos que han alcanzado un puntaje de 100 sobre 100 -son pocos- en algunas de las competencias más prestigiosas del mundo, pueden no gustarte si sos una persona que comúnmente consume esta clase de líquido a base de uva fermentado.
Los vinos, generalmente, suelen alcanzar un puntaje de 96, 97 o 98 puntos, lo cual es altísimo. Además, esta calificación viene impresa en la etiqueta y muchos se dejan llevar por esa cifra creyendo que el vino les va a gustar. Claramente no tiene que ser así porque los paladares son diferentes a pesar de que una etiqueta con dicha puntuación suele imponer un respeto.
Qué dicen los expertos sobre las valoraciones en los vinos y por qué pueden no gustarte
Los mejores catadores del mundo analizan cada sorbo de vino para luego puntuar y, vale decir, es un terreno subjetivo porque se tiene en cuenta aspectos como el aroma, la textura y equilibrio, entre otras cosas. Es por eso que no existe una ciencia exacta para calificar a cada uno de ellos porque hacerlo es en base al conocimiento.
A partir de allí comienza a tomar protagonismo el puntaje en la que la diferencia de 1, 2, 3 puntos que puede haber entre un crítico y otro, muchas veces, responde a esa cuota de emoción que puede despertar un vino. Siguiendo esta línea, la escala que importa en el mundo de los puntajes es la que va de 90 a 100 y una diferencia de hasta 3 puntos puede ser un abismo.
Si se entra en el plano de la subjetividad para calificar a cada uno de los vinos, es importante poner al vino en su contexto histórico. Es decir, hace unos 30 años o más un crítico estadounidense llamado Robert Parker, que supo ser ultra influyente premiaba con buenos puntajes a los vinos ultra maduros, con fruta tipo mermelada, concentrados y con mucha madera. Esto fue trascendental en la elaboración de esta clase de bebidas, sobre todo en Argentina porque hasta inicios del 2000, se elaboraban a base de lo mencionado. Sin embargo, con el paso de los años cambió y se comenzó a buscar vinos más fluidos, con buena textura, rica acidez, una fruta crujiente y una madera que, si está, no tape la materia prima.
Por qué se celebra el día del enólogo el 7 de septiembre
Esta día en el calendario se estableció por un acuerdo entre el Centro de Enólogos y Consejo profesional de enólogos de San Juan en el año 2002, seleccionando la fecha por el día en el que Domingo F. Sarmiento fundó la Quinta Normal 1862 que luego pasaría a llamarse la Escuela Nacional de Fruticultura y Enología. En este sentido, su protagonismo fue aumentando y se transformó en una figura fundamental en la comunicación de sus vinos y en la creación de innovadores varietales y sus combinaciones. Hoy son considerados los grandes protagonistas del vino del momento, porque es gracias a sus estrategias, se gestan uvas fermentadas tan placenteras como variadas.
Lucas Quiroga, enólogo de Bodega Malma, expresa: “Esta profesión significa tener un respeto y compromiso por el hacer y cuidar una bebida genuina y milenaria como es el vino. Somos los conductores de un proceso microbiológico que ocurre en la bodega, en donde fijamos parámetros y cuidamos cada proceso con el fin de llegar a una correcta inocuidad a la botella”.
Por su lado, Javier Lo Forte, enólogo de Bodega Pulenta: “Esta profesión significa para mí un estilo de vida. Es lo que heredé de mi familia, lo que se respiró. Desde mi abuelo agricultor hasta mi padre Ingeniero Agrónomo y Viticultor”. Asimismo, subraya cómo la creatividad forma parte del proceso creativo de un vino: “El proceso creativo se logra mediante la experimentación y a eso nos dedicamos gran parte del año a experimentar, a probar cosas nuevas, a investigar”.
Por otra parte, priorizan el papel de la comunicación: “Nosotros, los enólogos, tenemos el deber de transmitir la concepción y características del vino que elaboramos. No todo se termina con la etiqueta, detrás de esto hay todo un año de trabajo, diferentes colaboradores, climas, suelos, técnicas de vinificación, etc. Y es esto lo que tenemos que expresar, todo lo demás son sensaciones que podemos sugerir, pero las percepciones van a ser propias de cada persona”, aporta el enólogo de Bodega Malma.