Las mujeres enfrentan un riesgo mayor de deterioro cognitivo, en parte debido a cambios hormonales asociados con la menopausia. La disminución de estrógeno puede generar síntomas como niebla mental, olvidos y una menor capacidad para aprender y recordar. En este marco, la doctora Lisa Mosconi, neuróloga de Harvard, advierte que ciertos alimentos tienen un impacto negativo directo sobre la memoria y otras funciones cognitivas.
Según explica en su libro Brain Food: The Surprising Science of Eating for Cognitive Power, algunos de los hábitos alimenticios más comunes pueden contribuir a la inflamación cerebral, lo que aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
A continuación te contamos más detalles sobre este estudio que realizó esta científica de la Universidad Norteamericana sobre la alimentación y qué recomendaciones para cuidar nuestra salud mental.
Cuál es el alimento que produce la pérdida de la memoria
Entre los alimentos más perjudiciales para el cerebro femenino, Mosconi señala los ultraprocesados, las frituras y la comida rápida. Estos productos, ricos en grasas trans saturadas y grasas saturadas en exceso, son vinculados con mayores riesgos de deterioro cognitivo.
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“Los alimentos ultraprocesados son proinflamatorios, provocan inflamación en el cuerpo y el cerebro, y aumentan el riesgo de padecer demencia”, explicó la neuróloga. A su vez, estudios como el publicado en la revista Neurology demostraron una relación directa entre el consumo de estos alimentos y un mayor riesgo de Alzheimer y demencia vascular.
Uno de los ingredientes más nocivos presentes en los alimentos ultraprocesados son las grasas trans. Según la experta, consumir más de dos gramos de éstas al día puede duplicar el riesgo de padecer demencia. Además, ingredientes como el exceso de cobre y otros compuestos presentes en estos alimentos también pueden perjudicar la salud cerebral.
Para prevenir el deterioro cognitivo, la experta sugiere priorizar una dieta rica en alimentos frescos y mínimamente procesados. Entre los recomendados se encuentran:
- Frutas y verduras frescas, que aportan antioxidantes esenciales.
- Pescado rico en omega-3, un nutriente clave para la salud cerebral.
- Aceites saludables sin refinar, como el aceite de oliva virgen extra.
- Fuentes naturales de glucosa, ya que el cerebro utiliza la glucosa como su principal combustible.
- Agua, fundamental para mantener la hidratación cerebral.
La doctora Mosconi recalca que incluso una ligera deshidratación, de apenas el 2%, puede causar confusión mental, fatiga y mareos, afectando directamente las funciones cognitivas. Por lo tanto, es importante no esperar a tener sed para ingerir agua.