Estuvieron a segundos de volver a medirse, como tantas veces viene pasando en los últimos años. Quedaban cuatro bolillas, había un 50% de chances de otro superclásico copero. Pero, de repente, tras abrirse la penúltima que decía River, le siguió la que no decía Boca sino Inter de Porto Alegre. Así algunos respiraron y otros se lamentaron.
Un nuevo superclásico genera mucha tensión, un enorme desgaste mental, pero algunos hinchas de River lo preferían, sobre todo antes que a Inter, un muy buen equipo, con mejor actualidad que el Xeneize. En Boca fue, tal vez, al revés. Era mucho mejor que tocara Nacional de Uruguay, un club con historia, pero con una actualidad que no se condice con esa tradición.
“Ideal”, dijeron. Y así pasó el sorteo, dejando un mejor sabor de boca justamente en ese barrio -lo mismo que sucedió cuando se conoció los rivales en fase de grupos- y una mueca distinta por Nuñez. Hoy, siempre en los papeles, claro, el camino es más complejo para River en la búsqueda de la gloria.
El equipo de Demichelis tendrá, de arranque, un rival de primer nivel continental que si bien ha tenido altibajos y aún está lejos de su techo, tiene mucho potencial y ahora acaba de sumar a Enner Valencia, el veterano 9 ecuatoriano (33 años) que brilló en el Mundial (tres goles) y en la temporada pasada fue uno de los grandes goleadores de Europa (33 goles en 48 partidos, con Fenerbahce). Llegó hace semanas al Inter y fue recibido como ídolo.
Martín Demichelis en el Superclásico
El equipo de Demichelis tendrá, de arranque, un rival de primer nivel.
Télam
Hay que ver si Mano Menezes, el coach, se anima a ponerlo junto a Luiz Adriano, otro delantero que jugó en Europa (10 años) y volvió a Inter para esta temporada.
Habitualmente el coach juega con otro esquema, de cinco volantes y un solo 9, como suele jugar River. Pone dos volantes más de contención (Johnny y Romulo) y tres más de creación y verticales por adelante, como Mauricio, Alan Patrick y Wamberto, aunque hace días volvió el chileno Charles Aranguiz (34 años) tras una grave lesión que lo tuvo afuera durante ocho meses (es la posición de Romulo). Atrás hay dos conocidos, de lateral derecho uno que quiso River, Fabricio Bustos, y de primer central uno que rindió mucho en el club, Gabriel Mercado (36 años), parte de una de las mejores defensas de todos los tiempos en River.
Se espera que, en este receso, el equipo de Porto Alegre sume, al menos, tres refuerzos, según asegura la prensa local.
El equipo, que definirá la serie en el Beira Río, durante la segunda semana de agosto, está 8° en el Brasileirao, con seis triunfos (los más trascendentes un 3-0 a Palmeiras y un 2-1 más reciente a Flamengo), cuatro derrotas (1-3 contra Gremio en el clásico) y tres empates. En la Libertadores terminó primero en su grupo, sin derrotas. Venció al DIM (3-1) y dos veces a Metropolitanos (1-0 y 2-1). Empató con Nacional de visitante y local y con el DIM en Colombia.
Más allá de nombres, como siempre su éxito dependerá igual más del rendimiento colectivo que de lo individual. Inter tiene una defensa asentada, que lleva meses jugando con Bustos, Vitao, Mercado y René, un interesante medio campo y ahora logrando sumar a un 9 de elite. En River, por lo pronto, lo tomaron bien.
Saben que es un rival de cuidado, pero dicen “ellos deben estar más preocupados que nosotros”.
Nacional, que no ganó ni perdió ante el nuevo rival de River, será justamente el adversario de Boca. Lo que despertó alivio en el bunker xeneize. Con el respeto que merece la Copa y teniendo claro que la actualidad propia dista de ser la ideal, hay confianza que en un mes Almirón podrá tener un equipo mejor armado y rodado y con refuerzos, un combo que le permita pasar esta primera serie de playoffs, que además lo tendrá definiendo en la Bombonera.
Almirón en Boca
El equipo de Almirón parece tener un rival accesible.
Télam
Nacional se metió en cuartos luego de ganarle 1-0, con lo justo, a Metropolitanos de Venezuela, en la última fecha del grupo. Así terminó segundo, detrás de Inter. Ganó tres (al DIM y los dos a Metropolitanos), empató dos (ambos con Inter) y perdió uno (ante el DIM en Colombia).
El arquero Rochet, si se queda, es de nivel mundial (atajó en Qatar) y la zaga tiene fortaleza y experiencia, con el argentino Noguera (ex Estudiantes) y Diego Polenta. Diego Zabala y Franco Fagundez son los dos volantes que manejan el equipo, con los dos Fernández en la contención. Juan Ignacio Ramírez es el 9 hoy, que le ganó el puesto al Puma Gigliotti. Alvaro Gutiérrez es el DT que, otra vez, llegó a apagar incendios, tras el mal arranque de Zielinski.
Es un DT pragmático que su prioridad es la solidez, con predilección por los jugadores batalladores, más que por los técnicos o líricos. Le pasó a Fagundez, un talentoso que salió por momentos del 442 habitual del coach. No es un lindo equipo para ver, pero peligroso si puede llegar a cabo su plan.
“El sorteo fue beneficioso, más allá que respetamos a todos. Los dos rivales que se preferían, Nacional y Nacional de Medellín, puede ser los dos que toquen, si pasamos. No está mal”, fue el resumen del pensamiento en la intimidad xeneize.
Si los dos gigantes argentinos superan la primera eliminatoria, también a River parece esperarlo un rival más complejo. Boca irá contra el Racing de Gago y Almendra o el Atlético Nacional de Dorlan Pabón y luego sí, de avanzar, le podría tocar Palmeiras, tal vez el mejor equipo del torneo. El Millonario, si pasa, irá contra Atlético Paranaense o Bolivar, una llave que tiene a los brasileños como favoritos -si aguantan la altura de La Paz-, sobre todo porque hoy son uno de los mejores equipos de Brasil. De avanzar podría venir Fluminense y Flamengo, lo que ratifica que este lado del cuadro es, a priori, más bravo.
Dicho esto, la Libertadores es brava, tiene obstáculos que a veces no se ven. Nadie puede relajarse ni creerse que ya pasó de ronda. Lo mejor, para los gigantes del fútbol argentino, será prepararse bien, funcionar como equipo y sumar refuerzos quirúrgicos que le den un salto de calidad. A ambos le quedan cuatro pasos para volver a alcanzar la gloria.