A 30 años del último partido de Diego Maradona con la Selección: la preparación en La Pampa, la ilusión de levantar la Copa y el golpe del doping

El 25 de junio de 1994, el 10 brilló contra Nigeria en el Mundial de Estados Unidos, pero luego dio positivo por efedrina y no volvería a vestir su camiseta preferida. Fernando Signorini, su preparador físico, detalló en C5N lo sucedido antes, durante y después de aquel encuentro: "El poder no iba a permitir que ese negrito irreverente, rebelde, maleducado de Fiorito lo ridiculizara".

Todo comenzó desde la tribuna. Sí, desde el mismo lugar donde miles de argentinos gritaron su nombre y pidieron su vuelta. Ahí estaba él, con la camiseta celeste y blanca como un simpatizante más. Porque siempre fue el hincha número 1 de la Selección argentina, el que puso por delante los colores antes que cualquier compromiso con un club y hasta arriesgó su integridad física. Por eso gritó, saltó y alentó al equipo de Alfio Basile, que aquella tarde del 5 de septiembre de 1993 sufrió la derrota más dolorosa en Buenos Aires de la historia: el 5-0 de Colombia, que generó un estallido mundial y dejó Argentina al borde de no jugar el Mundial de Estados Unidos 94.

Aquella goleada recibida fue un antes y un después. No solo para el seleccionado, sino en ese ciclo del Coco y en la vida deportiva del 10, que estaba sin club. Fue el día que decidió la vuelta, la tarde en la que entendió que ese grito unísono de “¡Maradooo, Maradooo!” debía ser correspondido. Y además tenía otras dos razones fundamentales: Dalma y Giannina, sus hijas, podrían verlo por primera vez jugar una Copa del Mundo.

Maradona en la tribuna
Diego vio el partido contra Colombia desde la tribuna del Monumental.

Diego vio el partido contra Colombia desde la tribuna del Monumental.

Desde la final de Italia 90, cuando lloró como un niño tras la derrota contra Alemania en Roma, hasta el 31 octubre de 1993, el momento en el que se jugó el repechaje contra Australia en Sídney para llegar a la Copa del Mundo, Diego Armando Maradona sólo había jugado dos partidos en la Selección argentina: un amistoso con Brasil, en River, por los 100 años de la AFA y la Copa Artemio Franchi contra Dinamarca, en Mar del Plata, que ganó la Albiceleste por penales.

Sin el 10, el equipo argentino conquistó las Copa América de Chile 1991 y Ecuador 1993, la Copa Rey Fahd de 1992 y la mencionada de campeones de la Conmebol-Uefa en 1993. Basile llevó adelante una renovación tras el final de la era de Carlos Bilardo, que incluyó el despegue de Diego Simeone, Fernando Redondo, Leo Rodríguez y Gabriel Batistuta acompañados por Sergio Goycochea, Oscar Ruggeri y Claudio Caniggia, entre otros. Se mantuvo invicto por 31 partidos y marcó un récord que recién fue superado por la Scaloneta en 2022. Sin embargo, el 0-5 contra Colombia alteró los planes y tuvo que modificar el plantel. Con la vuelta de Maradona.

En paralelo al ciclo del Coco Basile, entre aquel partido decisivo en el Olímpico de Roma y el encuentro en Sídney pasó de todo en la vida de Diego: en marzo de 1991 dio positivo en un control antidoping mientras jugaba para Napoli en la Serie A; fue suspendido por 15 meses; dejó abruptamente Nápoles y se instaló en Buenos Aires; el 26 de abril de ese año fue detenido en Caballito ante las cámaras de televisión –luego de un extraño accionar policial- bajo el efecto de las drogas; en septiembre de 1992 volvió a Europa y fichó con Sevilla que lo dirigía Bilardo; tiempo después se peleó con el “Doctor”, en junio de 1993 se quedó sin club y decidió la vuelta a la Argentina. Presenció la escandalosa derrota en la cancha de River con el elenco cafetero y entendió que era su última oportunidad, su último mundial.

Maradona en Newells
El primer paso fue el regreso a la actividad en Newell's: en la presentación estuvo con sus hijas.

El primer paso fue el regreso a la actividad en Newell's: en la presentación estuvo con sus hijas.

Cuatro días después, el 9 de septiembre del 93, firmó contrato con Newell’s Old Boys de Rosario. Diego volvía a jugar en el fútbol argentino tras 11 años, cuando se marchó de Boca a Barcelona. Pero esta vez, lo hacía con una misión: ponerse a punto para clasificar a la Selección a EEUU 94. Fueron jornadas de mucho vértigo. Se reconcilió con Basile y limó asperezas con algunos compañeros. Viajó a Oceanía y reapareció con su camiseta preferida, la 10. Tras el 1-1 en la capital australiana, Argentina se impuso en Monumental por 1-0 y se aseguró el lugar en el Mundial. Se abría un nuevo capítulo maradoneano.

Diego Maradona contra Australia en Sídney
El 31 de octubre del 93, Maradona retornó a la Selección para jugar el repechaje en Australia.

El 31 de octubre del 93, Maradona retornó a la Selección para jugar el repechaje en Australia.

La preparación para jugar en EEUU 1994

A la historia le faltaba un eslabón muy importante: Fernando Signorini, el preparador físico personal que tuvo desde los tiempos en los que jugaba en Barcelona y era dirigido por César Luis Menotti. Allá por junio de 1983 se conocieron y juntos trabajaron de manera inseparable. Diez años después, sonó su teléfono: “Cuando regresé a Argentina me llamó porque, aparentemente por idea de Julio Grondona, Basile lo iba a llamar. Ellos entendían que desde el punto de vista emocional no era fácil jugar un repechaje, todo el compromiso era de Argentina con Australia. Y Diego los podía ayudar y lo convocaron y él me llamó para que lo ayudara a prepararse en lo que iba a ser su última gran aventura mundialista”.

Signorini en la charla con C5N
Fernando Signorini durante la charla con C5N en el club Villa Sahores de La Paternal.

Fernando Signorini durante la charla con C5N en el club Villa Sahores de La Paternal.

En un principio le dije que no, que a esa altura ya había coronado esa cima, que estaba muy gordo porque había aumentado casi 14 kilos debido a la inactividad y a la propensión para acumular tejido adiposo. Además tenía el problema de adicción. Me llamó de nuevo a los tres días y me dice ‘lo tengo que jugar sí o sí porque es la primera vez que Dalma y Giannina me van a ver jugar un mundial’. Entonces, eso me pareció un argumento contundente y válido”, le detalló el PF durante una charla con C5N en el club Villa Sahores de La Paternal, a metros de donde Diego empezó su carrera profesional con la camiseta de Argentinos Juniors.

Tras lograr el boleto hacia Estados Unidos, Maradona se quedó sin club. El 1° de febrero rompió el vínculo que lo unía a Newell’s, donde jugó cinco partidos oficiales. A poco más de cuatro meses de la Copa del Mundo, debía prepararse de manera individual para llegar a la gira previa de la Selección. Entonces, Signorini diagramó un trabajo de 11 días, alejado de los grandes flashes de la ciudad y del entorno. Sólo estarían sus familiares más cercanos: “Había un campo a 30 kilómetros de Santa Rosa, en La Pampa. Su representante, Marcos Franchi, dijo que era el desierto y yo le aclaré que ahí teníamos que ir. Entonces, lo miré a Diego y le expliqué ‘para llegar a donde querés llegar, tenés que salir del mismo lugar que saliste, de Fiorito. Así que nada de lujo o de opulencia. Un lugar que nos asegure intimidad y reserva posible’”.

Signorini y Maradona en La Pampa
Signorini y Maradona durante los entrenamientos en La Pampa.

Signorini y Maradona durante los entrenamientos en La Pampa.

“Viajamos el 10 de abril, una fecha icónica. Diego era inexplicable en casi todo. También en la reacción de pasar de ser el Ñoño de El Chavo a ser un espárrago. ¡No sé cómo funcionaba su fisiología, pero era asombroso! Inclusive con su capacidad motora, tenía una calidad de fibra muscular que no he visto en nadie más. Eso sumado a la predisposición para llegar de la mejor manera. Era tal la convicción que decidió dejar hasta el último miligramo de cocaína. No había espacio para ninguna distracción”, destacó Signorini.

El predio “El Marito” fue cedido por Ángel Roza, un pampeano que Maradona y su familia conocieron durante unas vacaciones en la localidad bonaerense de Oriente y desde allí forjaron un vínculo. Ese lugar cumplía todos los requisitos necesarios y lo mismo pasaba con la capital de la provincia: entrenaba por la mañana, a la tarde iba al gimnasio del excampeón argentino y sudamericano de peso welter Miguel Ángel Campanino, y luego hacía natación en el club All Boys de Santa Rosa.

Diego en La Pampa
Maradona realizó prácticas de boxeo en el gimnasio de Miguel Ángel Campanino.

Maradona realizó prácticas de boxeo en el gimnasio de Miguel Ángel Campanino.

“La intención era que tuviera un estrecho contacto con la naturaleza. Que volviera a disfrutar de eso. Él no se quería volver, esos 10 días de los 4 mil que pasé con él, los elijo como los que recuerdo con ternura e imborrable. ¡El mejor período de todos! Era un momento complejo de su vida”, relató el “Ciego”, como le decía Maradona a su PF, que también recordó las palabras del Pelusa a Don Diego: “¿Papi no te recuerda a Fiorito? Le pregunto al padre mientras se afeitaba. Ahí me puse contento, eso era lo que buscaba”.

Tras estos días, Diego terminó la puesta a punto en la estancia Santa María de la localidad bonaerense de Norberto de la Riestra, luego se unió a la Selección en el predio de la AFA de Ezeiza. El 20 de abril jugó contra Marruecos en Salta –donde hizo un gol de penal- y viajó a la gira previa por Ecuador, Israel y Croacia. “El mejor Diego de ese momento tenía que estar listo para el primer partido de la segunda fase del mundial, descontando que Argentina pasaba los tres primeros. Entonces, nos daba diez días más. Lo partidos con Grecia, Nigeria y Bulgaria iban a servir para que tomara ritmo y exigencia de un partido. Pero desgraciadamente pasó lo que pasó…”, se lamentó Signorini.

Del golazo a Grecia hasta el triunfo de Nigeria

Argentina arribó a territorio estadounidense y se instaló en el Babson College de Boston, donde jugaría sus dos primeros partidos. El 21 de junio, con el 10 en el pecho, la cinta de capitán en el brazo izquierdo y una icónica camiseta azul, Maradona lideró al equipo que goleó 4-0 a Grecia y convirtió un golazo, tras una gran pared con Redondo. Fue su último tanto en una Copa del Mundo y quedó registrado con un eufórico festejo ante las cámaras.

Maradona gol a Grecia
Diego festeja con Redondo y Balbo su último gol en un Mundial: ante Grecia en Boston.

Diego festeja con Redondo y Balbo su último gol en un Mundial: ante Grecia en Boston.

Cuatro días después, el conjunto albiceleste le ganó 2-1 a Nigeria con un doblete del gran cómplice del 10, Claudio Paul Caniggia. Diego se mostró en gran forma, lúcido y con fortaleza física para lo que venía. “Tenía una gran inteligencia desde el punto de vista estratégico, para saber cuándo intervenir y cuando no. Con Nigeria, faltando dos minutos, hizo un desborde por derecha. Él gastaba la pólvora cuando la jugada era una posibilidad cierta”, reflexionó Signorini y recordó la felicidad de Diego: “Estaba contento, contagiando optimismo y felicidad por lo que tantas veces soñó. Se sabía el líder, además le encantaba esa responsabilidad. No miraba para un costado”.

Aquel día, Maradona se retiró del campo de juego junto a la enfermera Sue Ellen Carpenter. Su número de camiseta había sido sorteado junto a Sergio Vázquez. Dos días después llegó la peor noticia: su muestra había dado positivo en el control antidoping. ¿La sustancia? Efedrina. La AFA lo retiró de la competencia –en vez de pelear una suspensión de un partido como ocurrió con el español Ramón Calderé (positivo por la misma sustancia) en México 86- y tiempo después, la FIFA lo suspendió por 15 meses. “Me cortaron la piernas”, fue la frase histórica del 10 en una entrevista con el periodista Adrián Paenza.

Maradona enfermera

El Mundial para Argentina estaba terminado, luego perdió 2-0 con Bulgaria en Dallas en el cierre de la primera ronda. El equipo terminó tercero en el grupo D y luego cayó 3-2 con Rumania de George Hagi, en el duelo de octavos de final jugado en Los Ángeles. “De alguna manera se murió el papá futbolístico de todos. Quedaron desprotegidos y no tuvieron tiempo de digerirlo”, describió Signorini.

El motivo que generó el doping

conferencia de Diego Maradona
Maradona brinda la conferencia de prensa posterior a conocerse el doping.

Maradona brinda la conferencia de prensa posterior a conocerse el doping.

El equipo personal de Maradona también lo integraba el fisicoculturista Daniel Cerrini, quien ayudó en la preparación física y en la dieta alimentaria. “Tenía una especie de cubículo lleno de pastillas de colores. Un día le dije a Diego que a paja y trigo llegaba de la mejor manera, que no empezáramos con cosas raras. Quería saber de qué se trataba y en La Pampa se hizo una reunión con la presencia del doctor Néstor Lentini, que le preguntó a Daniel para qué era cada una y dio el ok”, expuso el PF.

“El doctor Ernesto Ugalde, encargado de la Selección, estaba preocupado porque no tenía acceso. Un día hablando con él, le dije que le pidiera a Julio Grondona que bajara una orden de FIFA para hacer un control antidoping sorpresa para todo el plantel y le pareció una muy buena idea. Pero tras reunirse con el presidente de la AFA, me dijo que no había aceptado”, lamentó Signorini, quien aclaró que “la única duda era esa, ¿por qué tantas pastillas?”.

Tras conocerse el positivo, el profe tuvo una charla con Cerrini: “Según la versión de Daniel, se equivocó porque se le terminó uno de los medicamentos y fue a comprar en Boston un sustituto que no era el mismo: usaba Ripped Fast y compró Ripped Fuel. Uno decía en la etiqueta que tenía efedrina. Entre la negligencia y la responsabilidad, en mucha gente Diego causaba asombro que no podías contener lo que producía. Supungo que eso llamó a Daniel a no percatarse y no consultar con Ernesto. Hoy no hablaríamos de esto”.

Diego Maradona contra Nigeria
La última imagen de Maradona con la camiseta de la Selección: el 25 de junio de 1994.

La última imagen de Maradona con la camiseta de la Selección: el 25 de junio de 1994.

Eso fue letal, fue el principio del serrucho, que terminó de cortarle las piernas. Porque el poder, si no era de esa manera iba a ser de otra, no iban a permitir que ese negrito irreverente, rebelde, maleducado de Fiorito los ridiculizara y dijera lo que decía de ellos. El poder estaba molesto con Diego, siempre fue contestatario y de las injusticias”, resaltó Signorini, que llevó su memoria a tres décadas atrás: “Fuimos testigo del esfuerzo brutal y dedicación que había puesto por amor a sus hijas, pero también por amor a la pelota y a la camiseta argentina”.

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