Muchos celulares quedan relegados a un cajón una vez que se compra uno nuevo, acumulando polvo y perdiendo utilidad. Pese a eso, existen formas prácticas y efectivas de darles un nuevo propósito, especialmente vinculadas con el cuidado del hogar.
Es posible sacarle provecho a estos dispositivos. Con una simple app es posible cuidar mejor el hogar.
Muchos celulares quedan relegados a un cajón una vez que se compra uno nuevo, acumulando polvo y perdiendo utilidad. Pese a eso, existen formas prácticas y efectivas de darles un nuevo propósito, especialmente vinculadas con el cuidado del hogar.
Con la ayuda de aplicaciones gratuitas, un dispositivo que ya no se usa puede transformarse en una herramienta de vigilancia. Esta alternativa, sencilla de configurar, permite observar en tiempo real lo que ocurre en distintos ambientes desde cualquier otro dispositivo conectado.
Apostar por esta opción no solo ahorra dinero en cámaras de seguridad, sino que también promueve un uso más sustentable de la tecnología que se deja de lado.
Para transformar un teléfono antiguo en una cámara de monitoreo, lo primero que se necesita es descargar una aplicación que aproveche su cámara como sistema de vigilancia. Existen varias opciones gratuitas disponibles según el sistema operativo: Manything, IP Webcam para Android y Presence en el caso de iOS.
Estas herramientas permiten ver las imágenes captadas desde otro equipo, como un smartphone nuevo, una notebook o incluso una tablet. Para que funcione correctamente, es indispensable que el teléfono esté conectado a una red WiFi estable y que se ubique en un punto que permita visualizar claramente el entorno que se quiere cuidar.
Los lugares recomendados para colocar el celular son los accesos principales de la vivienda, pasillos o el patio trasero, ya que suelen ser zonas clave para detectar movimientos o ingresos no autorizados. Elegir bien ese lugar puede marcar la diferencia en la utilidad del sistema.
También es importante prestar atención a la seguridad digital. Se recomienda configurar la red WiFi con contraseñas fuertes para evitar accesos externos y, si la aplicación lo permite, establecer claves para ingresar al sistema de visualización desde otros dispositivos. De esta manera, no solo se cuida el hogar, sino también la privacidad de la transmisión.