Un chip que frena el impulso de beber alcohol fue creado en China y la primera prueba la realizaron cirujanos que se lo colocaron a un paciente de 36 años, alcohólico desde los 15. El implante libera naltrexona, una droga para prevenir futuras recaídas.
El hombre se sometió a un procedimiento que duró tan solo cinco minutos, en el marco de un ensayo clínico para probar este nuevo tipo de tecnología.
El chip libera una dosis de naltrexona, una droga que se utiliza para el tratamiento de la intoxicación aguda por opiáceos. La droga es absorbida por el cuerpo y se dirige a los receptores en el cerebro, para tratar de impedir el impulso de consumir bebidas. Afirman que podrá funcionar durante un período de cinco meses.
Según el diario South China Morning Post, el paciente después de "beber alrededor de medio litro de licor chino en un día normal, a menudo se volvía violento".
Además, aclararon que su rutina diaria consistía en "consumir una botella de licor chino antes del desayuno y continuar bebiendo durante el día en el trabajo y hasta la noche hasta que se desmayaba".