Un grupo de investigadores británicos presentó un avance tecnológico que podría cambiar el futuro de la exploración espacial. Se trata de una biopintura capaz de generar oxígeno y absorber dióxido de carbono. Su funcionamiento, basado en microorganismos especialmente resistentes, ofrece una alternativa sostenible para los desafíos de habitar el planeta rojo.
La posibilidad de establecer colonias en Marte estuvo durante décadas en el centro de los planes de agencias espaciales y compañías privadas. Uno de los grandes obstáculos es la falta de oxígeno en su atmósfera, que obliga a depender de sistemas complejos y caros de soporte vital. En ese contexto, cualquier innovación que permita obtener oxígeno de manera autónoma y eficiente representa un paso decisivo hacia la colonización humana.
Este desarrollo, surgido en la Universidad de Surrey, propone una solución biológica con gran potencial, por la cual un material que, además de resistir condiciones extremas, podría integrarse en infraestructuras marcianas y aportar un suministro continuo de oxígeno sin necesidad de maquinaria pesada.
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La biopintura creada por el equipo de Surrey contiene una nueva formula con la incorporación de microorganismos capaces de realizar fotosíntesis en condiciones extremas. Se trata de la Green Living Paint, descrita en la revista Microbiology Spectrum, que encapsula la cianobacteria Chroococcidiopsis cubana.
Esta especie no solo produce oxígeno y captura dióxido de carbono, sino que también soporta deshidratación, radiación ultravioleta y temperaturas adversas. En pruebas controladas, llegó a liberar hasta 0,4 gramos de oxígeno por cada gramo de biomasa al día, incluso después de haber sido secada y rehidratada.
La doctora Suzie Hingley-Wilson, microbióloga de la universidad, destacó que este tipo de materiales podrían tener un impacto también en la Tierra, frente al aumento de gases de efecto invernadero y la necesidad de métodos sostenibles que reduzcan el consumo de agua. A diferencia de los sistemas tradicionales de producción de oxígeno, la biopintura utiliza recursos mínimos y mantiene su rendimiento sin depender de grandes cantidades de líquido.
Durante los ensayos, los científicos compararon la resistencia de esta cianobacteria con otra de agua dulce, Synechocystis sp., que no logró generar oxígeno en las mismas condiciones. Esta diferencia confirma las características qde la Chroococcidiopsis cubana como candidata ideal para ambientes extremos, tanto en el planeta rojo como en regiones inhóspitas de la Tierra.
El profesor Joseph Keddie subrayó que el proyecto fue posible gracias al financiamiento de la Leverhulme Trust y al trabajo interdisciplinar del Instituto de Sostenibilidad. El objetivo es que, en un futuro, este material se incorpore a las paredes de hábitats espaciales, permitiendo la creación de entornos autosuficientes con oxígeno disponible para la vida humana.
Uno de los hallazgos más relevantes es que la biopintura mantuvo su eficiencia durante un mes sin perder capacidad, un comportamiento que le permite ser candidata para misiones largas. Para Simone Krings, investigadora principal, las características de estas bacterias las convierten en muy buenas opciones para proyectos de colonización, ofreciendo una alternativa realista y escalable ante el desafío de habitar otros mundos.