Una oficial de la Policía de la Ciudad murió este sábado tras recibir el impacto de un adoquín en el pecho que fue arrojado desde un puente al auto en el que iba con su familia, en el partido bonaerense de Merlo.
Una oficial de la Policía de la Ciudad murió este sábado tras recibir el impacto de un adoquín en el pecho que fue arrojado desde un puente al auto en el que iba con su familia, en el partido bonaerense de Merlo.
El hecho ocurrió a las 1.45 de esta madrugada en el cruce de la autopista Presidente Perón y 20 de junio, en la localidad de Mariano Acosta, en jurisdicción del mencionado distrito de la zona oeste del Gran Buenos Aires.
La mujer de 31 años fue identificada como Florencia Pamela González y viajaba con sus hijos y su esposo, también integrante de la fuerza porteña, a bordo de un Chevrolet Corsa luego de prestar servicio en la División Barrio 31-31 Bis.
El vehículo en el que se trasladaban recibió el golpe de un adoquín de 40 por 15 centímetros que impactó primero en el parabrisas y luego en el pecho de la agente. El piedrazo habría sido arrojado desde un puente en construcción ubicado en la mencionada autopista, según informaron fuentes policiales.
Ante esta situación, su esposo siguió manejando y trasladó por sus propios medios a la agente herida al hospital Héroes de Malvinas, donde falleció luego de que le realizaran maniobras de reanimación.
La Policía de la Ciudad lamentó lo ocurrido a través de un comunicado en las redes y envió las "condolencias a sus familiares, amigos y compañeros".
Aníbal Falivene, subsecretario de Seguridad Comunal e Investigación Criminal, lamentó el hecho a través de su cuenta de Twitter: "Nuestra solidaridad con familiares y seres queridos en este triste e indignante momento".
"Contamos con la cooperación de la Policía de la Provincia para encontrar al asesino, y exigimos prisión perpetua para todos los involucrados", solicitó el funcionario porteño.
El hecho es investigado por personal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial de Morón.
Según testimonios de vecinos, la modalidad de arrojar piedras desde ese lugar es una constante a la que recurren los delincuentes para poder robarle a los vehículos que circulan por la zona.