“Es alarmante viendo las estadísticas del Ministerio de Justicia nacional, de los últimos años, entre el 2020 y mayo de 2024, se recibieron más de 7500 denuncias por trata de personas”, expresó Adolfo “Fito” Larregaín, arzobispo de Corrientes este sábado 31, por la tarde, en el Colegio de Abogados local. Y agregó : “la cantidad de denuncias por explotación laboral y sexual de niños, niñas y adolescentes en materia, personas desaparecidas, personas reducidas a la servidumbre, donde las jurisdicciones con mayores denuncias la Ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y también incluso Corrientes, con algunos datos, que lamentablemente a veces no encontramos tanto”.
Esas definiciones fueron dadas por la máxima autoridad de la iglesia católica en la provincia guaraní, en una charla profética sobre algunos negocios del crimen organizado, como el narcotráfico, la comercialización de seres humanos, sea para la explotación laboral, trabajo en el campo, o para fines de explotación sexual y venta de niños, por caso más latente, el niño de 5 años Loan Peña, cuya búsqueda a un año de su desaparición sigue sin dar resultados.
Monseñor Larregain hace temblar al poder político, judicial y policial local desde que llegó a Corrientes por decisión del Papa Francisco. Siendo segundo de la diócesis, en ese momento obispo auxiliar, participó desde un comienzo de las marchas por la aparición del niño Loan, un verdadero pastor entre su rebaño.
Además, el arzobispo está convocando por las redes sociales de la arquidiócesis a toda la comunidad para el próximo viernes 13 de junio, fecha que se cumple el primer aniversario de la desaparición de Loan, una misa en la localidad 9 de Julio, puntualmente en la Capilla Ascensión del Señor.
Pero ahora el obispo Larregaín vuelve con parresía (es decir coraje) al punto que sus palabras han tenido trascendencia nacional.
“Narcotráfico o Estado” es el título de las charlas que desde el año pasado vienen organizando Fernanda Miño, catequista villera (La Cava del partido bonaerense de San Isidro) y miembro de Patria Grande, partido que lidera Juan Grabois.
En su exposición Larregaín agradeció a Fernanda Miño por la invitación y explicó que estaba en calidad de obispo de la arquidiócesis de Corrientes, como integrante de la Pastoral de Migrantes de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
“La trata de personas es algo muy serio y delicado, que ocurre cuando el Estado se retira entonces avanza la pobreza, avanza el narcotráfico, avanza la inseguridad, el hambre, entonces se crea como una especie de ámbito, o microclima, donde pueden aflorar determinadas cosas que son muy dañinas, muy perjudiciales, en este caso la trata” aportó desde el panel el religioso, que vivió 22 años en el oeste del conurbano bonaerense (más precisamente en la diócesis de Merlo-Moreno) y citó algunas palabras que “me vienen a la memoria utilizadas por el Papa Francisco: crimen, plaga, lacra, flagelo, llaga, son realidades muy tristes y dolorosas”.
De La Cava a la militancia social
Por su lado, la ex secretaria de Estado nacional (período del 2019 al 2024), Fernanda Miño, hoy trabajando en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, contó que “la integración socio-urbana era una política nueva”, que ella inició desde la propia experiencia de relevar en un censo a su propio barrio popular, La Cava de San Isidro con más de 13 mil familias, con más de 80 años de vida, y confesó en la charla en el Colegio de Abogados que “en ese momento empezó a pensar que la política era una herramienta más para transformar primero el barrio de uno, tanto desde la militancia social, católica, soy profe de catequesis, porque la política es la más alta caridad, la caridad por excelencia debe buscar el bien común, no es los tacos altos e ir a la peluquería, es para cualquier persona que quiere cambiar una realidad”, entonces detalló los beneficios de las obras en La Cava donde “la cooperativa de mi barrio llegó a tener 150 personas, muchos con su primer experiencia laboral, y donde el programa Mi Pieza llegó a más de 250 mil mujeres de toda la Argentina”.
Excluidos de todo
Otras de las mujeres en el panel junto al arzobispo fue la presidenta de la ONG Amarte Argentina, Graciela Botto. “Fueron muchas familias viviendo en el barro, por la exclusión de todo, que hoy por el trabajo que hicimos con la SISU tienen baño y cocina, lo que llamamos técnicamente núcleos húmedos y quedan muchas más familias. Por eso esperamos esperanzados y trabajando para volver a tener la Secretaría de Integración Socio-Urbana y un Estado presente con políticas para todos”, aportó Botto mientras en el auditorio mateaban muchos jóvenes en recuperación de las adicciones y varios de ellos con las pecheras de Amarte Argentina.