La historia de Mel Placanica demuestra la importancia de los diagnósticos certeros: Una ecografía de urgencia detectó un bulto cerca del útero.
Es por lo anterior que la paciente fue derivada a ginecología para estudios más profundos.
Una laparoscopía reveló que tenía cinco órganos adicionales: Presentaba dos úteros, cuatro ovarios, dos cuellos uterinos y tres riñones.
Los médicos realizaron una cirugía para retirar órganos duplicados y unificar estructuras.
Durante semanas, un dolor de estómago persistente fue ganando intensidad y frecuencia, hasta convertirse en una señal de alarma imposible de ignorar. Al llegar al hospital, los síntomas no coincidían con los cuadros habituales y obligaron a los profesionales a profundizar en los estudios.
Los médicos iniciaron una serie de exámenes clínicos, análisis de laboratorio e imágenes para determinar el origen del dolor abdominal, que ya interfería con la vida cotidiana de Mel Placanica. Sin embargo, a medida que avanzaba la evaluación, el caso comenzó a llamar la atención del equipo de salud: los resultados no encajaban con diagnósticos frecuentes y revelaban una situación mucho más compleja de lo esperado.
Qué descubrieron los médicos en la mujer que tenía un fuerte dolor de panza
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Un estudio por imágenes realizado en la guardia detectó una masa inusual en la zona cercana al útero, lo que motivó la derivación inmediata a una especialista en ginecología.
Para obtener mayor claridad, el equipo médico decidió avanzar con una laparoscopía exploratoria y allí se encontraron con una situación totalmente fuera de lo común. La paciente había convivido toda su vida con una compleja anomalía anatómica sin saberlo.
La intervención quirúrgica confirmó que la mujer presentaba una multiplicidad de órganos poco frecuente: dos úteros, cuatro ovarios, dos cuellos uterinos y hasta tres riñones. Frente a este hallazgo, los profesionales resolvieron realizar una cirugía correctiva para evitar futuras complicaciones de salud. Durante el procedimiento, se extrajo uno de los úteros y dos ovarios. Además, los cirujanos unificaron ambos cuellos uterinos en uno solo, logrando una anatomía más funcional.
El caso llamó la atención de la comunidad médica por la rareza de la condición y por el hecho de que la paciente hubiera transitado gran parte de su vida sin síntomas claros que permitieran detectarla antes.