La inteligencia artificial indica que la globalización y la digitalización redefinieron las prioridades de las empresas en todo el mundo. En este nuevo escenario, el dominio del inglés dejó de ser una ventaja diferenciadora para convertirse en una competencia básica e indispensable. Actualmente, las compañías buscan profesionales que manejen idiomas estratégicos capaces de abrir puertas en mercados clave y facilitar la expansión hacia nuevas regiones.
Este cambio de paradigma demuestra que el conocimiento de determinados idiomas será decisivo en los próximos años, no solo para comunicarse, sino también para asegurar un futuro laboral sólido. De acuerdo con el análisis de la inteligencia artificial, dominar lenguas estratégicas brinda acceso a empleos mejor remunerados, permite destacarse en ámbitos internacionales y favorece la participación en proyectos de gran importancia vinculados al comercio, la tecnología y la cooperación multilateral.
En este marco, la elección de un segundo o tercer idioma requiere un enfoque estratégico. La clave no radica en aprender cualquier lengua, sino en optar por aquella que impulse el crecimiento y refuerce la competitividad. De este modo, las competencias lingüísticas se consolidan como herramientas esenciales para ingresar a nuevos mercados y desarrollar carreras en un entorno global cada vez más exigente e interconectado.
Google sumó una herramienta llamada Zero-Shot para traducir a otros idiomas
Entre otros idiomas Google incluyó al guaraní, quechua y aymara.
Telam
Cuáles son los principales idiomas para las empresas multinacionales según la inteligencia artificial
Para quienes buscan destacarse en el mercado laboral internacional, el inglés continúa siendo fundamental, aunque ya no alcanza por sí solo. La inteligencia artificial identificó una serie de idiomas estratégicos que se posicionan como diferenciadores clave para los profesionales. Estas lenguas, más allá de servir como medio de comunicación, permiten acceder a mercados, sectores y oportunidades que antes resultaban lejanos, transformando las competencias lingüísticas en una ventaja competitiva determinante.
Uno de los idiomas que se consolidó como esencial en Sudamérica es el portugués. Con Brasil como la economía más fuerte de la región, el portugués resulta indispensable para quienes buscan desarrollarse en comercio, negocios y proyectos de expansión dentro del continente. Su importancia no se limita a este país vecino, ya que favorece la integración en el Mercosur y refuerza los vínculos comerciales con toda la región.
El chino mandarín, a pesar de su complejidad, se volvió altamente valioso por el crecimiento comercial y tecnológico de Asia. Empresas vinculadas con sectores como logística, importaciones, turismo y diplomacia buscan de manera constante a profesionales que lo dominen. Invertir en aprender mandarín significa abrir la puerta a una de las economías más influyentes del planeta, lo cual lo convierte en un recurso de gran peso dentro de un perfil laboral global.
Para quienes se especializan en energía, inversiones internacionales o comercio exterior, el árabe representa una herramienta imprescindible. Alcanzar un nivel intermedio en este idioma otorga una ventaja en mercados con escasez de profesionales bilingües, generando una gran demanda de talentos. Además, el árabe ofrece acceso a economías con abundancia de recursos y con creciente influencia en el ámbito financiero y político a nivel mundial.
En el centro de Europa, el alemán mantiene su prestigio, sobre todo en las áreas de la industria, la ciencia y la innovación. Alemania se reconoce como potencia tecnológica y económica, y dominar su idioma es altamente valorado en sectores vinculados a la ingeniería, la investigación y los desarrollos técnicos. Hablar alemán no solo agiliza la comunicación, sino que también refleja un compromiso firme con estos campos, consolidándose como una gran elección para quienes buscan crecer en el Viejo Continente.
El francés conserva su importancia en el panorama internacional, con presencia destacada en organismos globales como las Naciones Unidas y la UNESCO. Además de su peso diplomático, este idioma abre oportunidades en África, región con un gran potencial de expansión económica y comercial. Su dominio permite integrarse a proyectos de relevancia y establecer vínculos sólidos en países francófonos del continente africano.
La inteligencia artificial concluye que aprender un segundo o tercer idioma dejó de ser un lujo para transformarse en una necesidad estratégica. Las empresas internacionales priorizan a candidatos que combinan el inglés con una de estas lenguas de proyección. Esta suma de habilidades amplía las posibilidades de contratación y asegura un futuro profesional más competitivo, mejor remunerado y alineado con un mundo cada vez más interconectado.