¿Escuchaste hablar de adultocentrismo? Este concepto hace referencia a cualquier comportamiento, acción o lenguaje que limita o pone en duda las capacidades de niñxs y adolescentes, solamente por tener menos años de vida. Es una estructura de dominación donde las personas adultas ocupan un lugar de privilegio frente a niñxs y adolescentes, y se basa en la idea de que no están suficientemente capacitadxs, enunciando implícitamente que no tienen el mismo valor que lxs adultxs, que sería el modelo ideal de persona.
Según el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), “La niñez es una construcción social que en muchos casos responde a ideales de adultez”. Este término señala las relaciones de poder asimétricas entre los distintos grupos de edad, en favor de lxs adultxs, que están en posición de superioridad, gozando de privilegios sólo por ser adultxs. Por ejemplo: si unx niñx tiene razón pero la persona adulta no lo acepta o no le cree, puede ser sancionadx o castigadx, en cambio si es al revés, unx niñx no podrá castigar a la persona adulta.
La idea de que la adolescencia es una fase de transición conflictiva y de preparación a la adultez instaló la idea de incapacidad de lxs jóvenes, con efectos negativos. Entre ellos, UNICEF destaca el hecho de que las comunidades se olviden de escuchar la opinión de lxs jóvenes cuando se enfrentan a un problema o desafío colectivo o que se lxs dejan afuera a la hora de pensar políticas públicas, cuando pueden ser temas relevantes para sus vidas. Otra consecuencia negativa es que los medios de comunicación construyan y difundan estereotipos focalizados en defectos, falencias o errores cometidos por lxs jóvenes, reforzando a su vez el adultocentrismo. Por último, que en un intento de protegerlxs para que no se equivoquen, se les niegue la oportunidad de tomar decisiones o resolver problemas por sí mismxs.
Esto se repite también en la justicia, que muchas veces actúa de formas que impactan sobre la vida de lxs niñxs y adolescentes sin tener en cuenta sus opiniones, vulnerando sus derechos establecidos en la Convención sobre los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Naciones Unidas, 1989.
Según UNICEF, la edad sin la carga social es solo una cantidad, etapas del desarrollo humano. Pero a esto se agregan valoraciones, expectativas, roles y tareas específicas que se internalizan. En nuestra sociedad, más años es igual a tener más poder, hasta que pasás a la categoría de “adultx mayor”.
Mensajes como “yo tomo las decisiones, tengo más experiencia”, “todavía sos muy chiquitx para opinar, cuando crezcas vas a entenderlo, es un tema de adultxs”, “cuando seas grande vas a poder hacer lo que vos quieras pero por ahora mando yo”, señalan una falta de herramientas de lxs adultxs para orientar y enfrentar lo que están viviendo lxs más jóvenes en su época, una falta de escucha y una insistencia en que todo lo que funcionó ayer puede servir hoy para guiar a lxs más jóvenes.
Tenemos que construir otra forma de relación basada en el respeto recíproco de nuestros derechos, más allá de la edad. Tratar de crear nuevos modelos de adultxs y nuevas formas de relacionarnos con lxs más jóvenes, reconociendo su propia voz y, a la vez, educar y co-aprender con ellxs, para transmitir el conocimiento sin anularlxs.
Para luchar contra el adultocentrismo debemos asumir que no sabemos todo, abrazar su participación: involucralxs, invitarlxs a opinar y valorar sus aportes, compartir nuestras opiniones con ellxs y explorar juntxs soluciones. No necesitamos controlar: acompañemos, guiemos, aprendamos a escuchar, a co-construir límites y nuevas formas de relación. Tenemos que entender que sus derechos no se ejercen contra los nuestros, no están contrapuestos.
Hagamos que lxs niñxs no sean solo el mañana, sino también el hoy.