Novio de alquiler: una joven pagó casi u$s250 para salir con un chico

Sarah es australiana y se mudó a Tokio. Para combatir la soledad, contrató a Narumi a través de una web que ofrece novios por hora. Es caro, pero lo volvería a hacer", reconoció.

Sarah, una joven australiana que se mudó a Tokio, decidió alquilar un novio por un día para combatir la soledad, después de un año de soltería. A través de una página web que ofrece ese tipo de servicios contactó a Narumi, un chico de 26 años, amante de la moda, el maquillaje masculino y las motos.

Antes de la cita, Narumi le envió mensajes con halagos como "Mi reina" y "Mi honey". El día del encuentro, él le tomó la mano, la llenó de elogios y la llevó a su "lugar soñado para una cita". Compartieron comida, se tomaron fotos y se alimentaron mutuamente, recreando una escena de película romántica.

Sarah pagó £150 por el servicio, que duró dos horas y se trató solo de recibir la compañía de Narumi. También pagó el almuerzo y los paseos. "Es caro, pero lo volvería a hacer", reconoció.

La experiencia fue tan positiva que la joven australiana decidió extender la cita una hora más, pagando u$s86 adicionales. Con humor, comentó que "el dinero compra la felicidad, chicos".

novio por hora 2

Durante el encuentro, Narumi le contó a Sarah que trabaja como “novio de alquiler” desde enero de 2024 y que tiene unas diez citas por mes. Sus clientas son principalmente universitarias y mujeres casadas que buscan compañía sin compromiso. Él le explicó que "esto es un servicio, no es engañar a nadie".

Narumi mantiene su trabajo en secreto para su familia y amigos, aunque algunos conocidos lo han descubierto por sus publicaciones en redes sociales. El joven señaló que su trabajo es tan frecuente que parece "un trabajo de oficina". La cita más larga que ha tenido duró 50 horas, y no descarta pasar una semana entera con una clienta.

Después del encuentro, Sarah volvió a su vida de soltera con una sonrisa. Aunque la pasó "increíble", consideró que el servicio era demasiado caro para volver a usarlo. "¡Es demasiado caro para volverme adicta!", concluyó.