La Justicia de Río Negro imputó a tres médicos del Hospital Artémides Zatti de Viedma por el presunto delito de homicidio culposo, en el marco de la investigación por la muerte de la abogada y ex responsable de la Procuración Penitenciaria de la Nación en Viedma, Gloria Jara Guerrero, de 59 años, ocurrida en septiembre del año pasado.
Los profesionales acusados son Maiana Luz González (35), Valeria Elizabeth Painequeo (31) y Alejandro Germán Vizcarra Díaz (52), quienes brindaron atención a la víctima entre el 28 y el 30 de septiembre de 2024. La abogada falleció a causa de una sepsis secundaria a peritonitis por apendicitis que, según la fiscalía, no fue diagnosticada a tiempo.
La formulación de cargos se llevó a cabo esta semana ante la jueza Georgina Amaro Piccinini, con la participación de la fiscal Paula Rodríguez Frandsen y los defensores particulares. La investigación judicial se inició tras la denuncia de la familia de Jara Guerrero, quienes señalaron que la mujer acudió en múltiples ocasiones a centros de salud, tanto públicos como privados, por un cuadro de dolor abdominal agudo.
Según la acusación del Ministerio Público Fiscal, la presunta mala praxis habría generado una "pérdida de oportunidad terapéutica". Una de las médicas residentes fue señalada por no haber brindado una atención adecuada en la madrugada del 28 de septiembre, otorgando el alta a la paciente sin una valoración clínica completa ni la solicitud de estudios esenciales para un diagnóstico oportuno.
El médico cirujano, por su parte, quedó imputado por no haber controlado debidamente a Jara Guerrero tras la cirugía y no haber solicitado los estudios complementarios necesarios para seguir su evolución. La tercera profesional fue acusada de no realizar los controles evolutivos de la paciente durante su atención hospitalaria, lo que contribuyó al fatal desenlace.
El caso, detallado por el medio VDM Noticias, describe un calvario de ingresos y egresos hospitalarios. El viernes 27 de septiembre, ante el fuerte dolor, la paciente buscó atención primero en una clínica privada y luego en el Hospital Zatti. En su segundo ingreso a la guardia, fue internada, pero sin que se le practicara un estudio por imágenes, siendo enviada a su casa la mañana siguiente.
Ante el empeoramiento del cuadro, la abogada fue internada nuevamente y finalmente trasladada a una clínica privada el domingo al mediodía, donde falleció el lunes 30 de septiembre. La hermana de la víctima, Silvia Jara Guerrero, calificó lo ocurrido como "abandono de persona", lamentando que "hoy nadie se muere de apendicitis", salvo por falta de atención básica.
La jueza Amaro Piccinini rechazó los planteos de las defensas —incluyendo el argumento de que las médicas residentes no debían ser responsabilizadas por su condición— e imputó formalmente a los tres profesionales. Se fijó un plazo de cuatro meses para la próxima etapa de instrucción, con elementos probatorios que incluyen la historia clínica, estudios médicos, informes de laboratorio y testimonios del personal sanitario.