El policía bonaerense que hace dos semanas disparó al menos ocho veces contra un grupo de ladrones que quiso robarle la moto y mató de dos balazos a Bastián Escalante, un niño de 10 años que salía de un club de fútbol en la localidad Wilde, recuperó hoy su libertad a ser beneficiado con una excarcelación, lo que fue repudiado por la familia de la víctima, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Juan Alberto García Tonzo (30), integrante del Comando de Patrullas de Avellaneda, quien desde el día del hecho se encontraba detenido acusado del “homicidio cometido con arma de fuego en contexto de un exceso en la legítima defensa”.
Justamente esa calificación legal que tiene un máximo de tan solo 8 años de prisión y fue dispuesta en su momento por el fiscal de la causa, Juan Ignacio Colazo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Fuero Penal Juvenil de Avellaneda, es la que a pedido de su defensa, habilitó que la jueza de Garantías 2 del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús, Estela del Carmen Mollo, le otorgara la excarcelación.
Crimen Bastián resolución
El abogado Matías Morla, que representa como particulares damnificados a los padres de Bastian, cuestionó esta decisión de la justicia y anticipó que va a apelarla. "La excarcelación que otorgó la jueza, es en base a la calificación del fiscal Colazo que, a todas luces, es una aberración jurídica. Es pésima su interpretación de los hechos. No encuentro criterio jurídico para avalar su decisión”, señaló a C5N Morla.
El penalista remarcó que “hay un video que es elocuente, hay testigos que aseguran no haber visto armas en manos de los delincuentes. ¿Dónde está el exceso en la defensa? Esto es homicidio por lo que la excarcelación es una falla más de nuestro sistema judicial".
En su resolución -a la que accedió C5N-, la jueza Mollo consideró que no había peligro de fuga porque García Tonzo “ha constituido domicilio fijo, razón por la cual posee arraigo”, que “el delito que se le imputa tiene una pena cuyo máximo no supera los ocho años de prisión o reclusión”, que el fiscal Colazo le aclaró en la indagatoria que era un delito “de índole excarcelable”, que “no registra antecedentes condenatorios” y que el imputado “ha estado a disposición, sin haberse eludido de la escena del hecho”.
Tampoco consideró la magistrada que exista “peligro de entorpecimiento” de la investigación, ya que, según su opinión “no se advierte que (García Tonzo) destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba, como así tampoco que influirá para que co-imputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de manera desleal o reticente e inducir a otros a realizar tales comportamientos, toda vez que interviene otra fuerza policial diferente, a la cual pertenece el imputado de autos”.
La pericia balística
La excarcelación del policía se dio apocas horas de que se conozca un informe pericial que lo complicó al concluir que todas las vainas servidas -ocho en total-, recolectadas en la escena del hecho por los peritos de la Prefectura Naval Argentina (PNA), fueron expulsadas por la pistola calibre 9 milímetros secuestrada al efectivo de la bonaerense.
“Las vainas servidas individualizadas como 1, 2, 3, 4, 5, 6, 9 y 15 han sido percutidas por la pistola semiautomática del calibre 9x19 mm (9 mm Luger), marca BERSA, modelo TPR 9 con numeración serial 13 -J84797”, dice el punto 4 de las concusiones del informe pericial remitido a la fiscalía por la División Balística de la Policía Federal, al que también accedió C5N. Esto significa que no hubo tiroteo y que el único que disparó al menos en ocho oportunidades fue el policía García Tonzo, sin reparar en que podía poner en riesgo a terceros, como sucedió con Bastian.
A su vez, aparte de los primeros videos donde se ven la huida de Bastian y su mamá, y el momento en el que el niño cae malherido, se conoció ahora un segundo video del hecho, donde se ve el momento de la llegada de los motochorros que quisieron asaltar al policía y la inmediata reacción de García Tonzo, en sacar su arma y empezar a los disparos, incluso parapetándose detrás de un poste, con rodilla al piso y en posición de tiro.
El crimen de Bastián Escalante
El 10 de julio, alrededor de las 20, Bastián volvía a su casa en bicicleta, junto a su madre, luego de salir de jugar al fútbol del club Barrio de la Carne de Wilde, partido de Avellaneda, en el cruce de las calles Caxaraville y Friuli.
A unos 50 metros, cuatro motochorros en dos motos quisieron asaltar al policía García Tonzo, que acababa de llegar en su propia motocicleta a buscar a uno de sus hijos en una escuela, pero en una rápida maniobra extrajo su arma reglamentaria y comenzó a disparar contra los ladrones, que huyeron hacia donde venían de frente madre e hijo.
En una secuencia que quedó registrada por cámaras de seguridad, Johana Montoya, la mamá del niño, y Bastian, giraron en 180 grados y comenzaron a huir de los disparos, la mujer al trote y el niño apurando el pedaleo, pero al dar vuelta a la esquina, el chico se desplomó de su bicicleta al recibir dos balazos por la espalda, uno que le ingresó por el omóplato izquierdo y otro en la región latero cervical derecha.
La víctima fue trasladada al Hospital Presidente Perón de Avellaneda, pero pese a los esfuerzos de los médicos por reanimarlo, el niño de 10 años falleció. Por el caso, además del policía, fueron detenidos dos de los presuntos asaltantes, un adolescente de 16 años y un joven de 18 años identificado como Thiago Frías, quienes fueron imputados por la fiscalía de los delitos de “tentativa de homicidio criminis causa y robo”.