Una mujer murió de hantavirus luego de estar dos días internada en terapia intensiva. El fallecimiento se produjo en la provincia de Río Negro y el personal sanitario no logró determinar cómo ocurrió el contagio.
Una mujer murió de hantavirus luego de estar dos días internada en terapia intensiva. El fallecimiento se produjo en la provincia de Río Negro y el personal sanitario no logró determinar cómo ocurrió el contagio.
La víctima fue identificada como Ana Natalia Ayala y tenía 45 años. Se desempeñaba como docente en el jardín de infantes Hormiguitas y también integraba, en el barrio Frutillar, la Junta Vecinal, hasta que murió en el sanatorio San Carlos.
El personal sanitario, en tanto, buscó establecer de qué manera se contagió la mujer, debido a que sus allegados aseguraron que no estuvo en contacto con leña ni había trabajado recientemente en galpones, que son dos acciones que, en casos determinados, promueven el contagio. Luego de que se haya detectado la enfermedad en Ayala, se determinó que sus familiares se aíslen.
El fallecimiento de Ayala se produjo después de que se declare el hantavirus como endémico en Chubut, Río Negro y Neuquén debido a que zonas de esas provincias son habitadas por el animal que contagia la enfermedad: los ratones con cola muy extensa.
El intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, hizo alusión a la muerte de Ayala y describió lo que ocurre con el hantavirus. "Falleció Natalia Ayala, una conocida docente del barrio El Frutillar por hanta y eso siempre trae miedo y susto, son enfermedades de alta mortalidad, hay un montón de prevenciones y no es la primera vez que pasa", expresó.
Según el portal El Cordillerano, Gennuso también manifestó: "Siempre es doloroso cuando una vecina joven nos deja. Al dolor de la pérdida de una vecina joven, un dolor importante, sobre todo para el barrio y el jardín, tratemos de sacar el miedo, son cuestiones que hay que tomarlas con respeto pero sin atemorizarse".
La enfermedad por hantavirus es producida por un virus ARN que se transmite al ser humano por roedores silvestres. Estos animales son reservorios naturales de la infección y eliminan el virus a través de la orina, saliva y heces. El contagio se produce al inhalar aerosoles cargados con estas partículas virales.
Otras posibles vías de transmisión son el contacto de excrementos o secreciones de ratones infectados con las mucosas de los ojos, nariz y boca, o a través de la mordedura de un roedor infectado. También existe evidencia de transmisión persona a persona.
Los casos de hantavirus generalmente ocurren cuando el ser humano se introduce en el hábitat de los roedores, que viven en zonas suburbanas, ambientes rurales y lugares cerrados como galpones o depósitos. Los primeros síntomas son fiebre de 38°C, dolores musculares, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea sin compromiso de vías aéreas superiores.