El Día Mundial del Cerebro se celebra cada 22 de julio gracias a la Federación Mundial de Neurología (WFN), que tomó la iniciativa de darle importancia a la salud cerebral y concientizar sobre cómo prevenir y cuidar este órgano tan importante.
Es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad a nivel mundial. Cuál es el tratamiento y los controles para quienes han sufrido un ACV.
El Día Mundial del Cerebro se celebra cada 22 de julio gracias a la Federación Mundial de Neurología (WFN), que tomó la iniciativa de darle importancia a la salud cerebral y concientizar sobre cómo prevenir y cuidar este órgano tan importante.
Sin dudas, uno de los más importantes temas en este día es la prevención y el tratamiento de los accidentes cerebro vasculares. Según la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares (WSO, por sus siglas en inglés), el ACV es la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacidad a nivel mundial.
“Cada año se registran 12.2 millones de nuevos casos, de los cuales 6.6 millones son fatales. El ACV afecta a 1 de cada 4 personas en el mundo. La WSO (World Stroke Organization) también estima que más de 100 millones de personas viven con secuelas por haber padecido un accidente cerebrovascular en algún momento”, explica el Bioingeniero Yamil Adur, Director Técnico de Centro de Servicios Hospitalarios.
“Lo más complicado de estos números quizás es que las proyecciones sugieren que – dado el aumento de la población y su mayor expectativa de vida - estas estadísticas podrían incrementarse en las próximas décadas”, agrega.
Los datos de Argentina, según informes del Ministerio de Salud, no son alentadores. Se estima que alrededor de 120.000 personas al año sufren un ACV, de las cuales 40.000 mueren. La enfermedad cerebrovascular representó en el país, la segunda causa de muerte prematura (4,8% del total en hombres y 6% en mujeres), siendo además la segunda causa de pérdida de años de vida ajustados a discapacidad en hombres y mujeres, detrás de la enfermedad coronaria.
Ahora bien, también es cierto que los médicos afirman que es una enfermedad que puede prevenirse. Hay algunas prácticas que se pueden llevar a cabo para tener una vida más saludable y de esta forma, prevenir no solo el ataque cerebral sino también otras patologías.
“Es necesario reducir el consumo de sal. Si se tiene en cuenta que el sodio eleva la tensión arterial, la reducción de la cantidad diaria es una sencilla forma de prevenir esta enfermedad”, explica el médico neurólogo, Dr. Ignacio Dr. Ignacio Previgliano, Ex-Director Médico Hospital General de Agudos J. A. Fernández, Especialista en Neurología y Terapia Intensiva.
El segundo consejo es aumentar el movimiento. Hay varias investigaciones que demuestran que las personas que caminan 30 minutos al día pueden tener un ACV menos grave o, incluso, evitarlo. Sin dudas el cigarrillo es otro dato para tener en cuenta. El consumo de tabaco aumenta cuatro veces el riesgo de padecer un evento cerebrovascular.
La dieta ideal es variada y equilibrada, con muchas frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales y aceite de oliva. También algo de pescado, aves y productos lácteos, sin mucha carne roja.
Cuando los pacientes son ingresados a una terapia luego de sufrir un ACV, hay que mantener un control estricto de sus parámetros vitales y cerebrales.
“Luego de un ataque cerebro vascular, isquémico o hemorrágico, dependiendo de la magnitud del déficit que se genera el paciente puede pasar a una habitación común o a una unidad de terapia intensiva, esto dependerá de su gravedad. También existen unidades de ataque cerebral en muchos hospitales y sanatorios, son lugares que han cambiado la historia en el seguimiento de estos ataques”, comienza explicando el Dr. Previgliano.
“Estas unidades se caracterizan por el cuidado y la monitorización de los principales parámetros que se ven alterados en un accidente cerebro vascular”, agrega. “Allí, el paciente tiene controlado su ritmo cardiaco, su presión arterial y su frecuencia respiratoria en forma constante, pero también se le realiza un monitoreo que tiene que ver con cómo se encuentra la situación de su cerebro en los días posteriores al ataque”.
“Aquí entran una serie de controles que están marcados por los avances que la tecnología aporta hoy al sistema de salud, brindando a los médicos la información que necesitan mediante una neuro monitorización generada por equipos especiales de última generación”, explica Adur, el Director Técnico de Centro de Servicios Hospitalarios, que provee de este tipo de equipos a todos el país.
“Monitoreo proviene del latín moneo-monere, que significa avisar o advertir. Entonces, estos controles le dan a los médicos datos constantes que son cruciales para poder efectuar el tratamiento o anticiparse a las complicaciones. Es una guía imprescindible que tenemos de tratamiento y procedimientos diagnósticos”, concluye Previgliano.